Pero aún hoy, la banca mantiene un stock para vender de 63.699 millones, según la I edición de Atlas Insight Assets Management, elaborado por la consultora Atlas Value Management, con datos recopilados y analizados hasta el primer semestre de 2023.
Pese a que la morosidad de los préstamos concedidos por las entidades de crédito a empresas y particulares cerró en diciembre de 2022 con un descenso al 3,54% -frente al 4,29% registrado en el mismo mes en 2021- y continúa su tendencia a la baja en el primer trimestre del año.
España se sitúa en el cuarto puesto de Europa con un mayor ratio de Non Performing Loans (NPLs) — préstamos fallidos o de dudoso cobro — frente a la media europea (2,5%), sólo por debajo de Chipre, Grecia y Polonia. Esta situación lleva a que las entidades financieras mantengan su interés por la desinversión en préstamos fallidos o de dudoso cobro a través de la venta de carteras.
Atendiendo al acumulado de los últimos 3 años, los movimientos de desinversión de activos tóxicos alcanzan el valor de 34.040 millones de euros. Considerando los 3 últimos años del análisis, la entidad que más activos tóxicos ha sacado de balance ha sido Banco Santander (7.178 millones), seguido de Caixabank (5.229 millones) y la Sareb (3.500 millones).
Por su parte, encabezan la compra de activos Intrum (3.560 millones), Procobro (3.300 millones) y Axactor (2.692 millones), según lo recogido en el informe.
“Si durante el 2022 ya la banca quiso acelerar la venta de activos tóxicos para liberar su balance, el miedo a que los impagos suban debido a la inflación y el alza de los tipos de interés va a hacer que este año 2023 aún más las entidades quieran paquetizar sus activos tóxicos con el objetivo de liquidarlos. Una tipología de activos que va a ser un posible foco de atención este año son los préstamos reembolsables, que ya han empezado a desaguarse este pasado 2022”, vaticina José Masip, socio de Servicios Financieros y Real Estate de Atlas Value Management.
De cara a este primer semestre 2023, según Masip, “se espera cerrar transacciones por valor de prácticamente 1.000 millones ya puestos en mercado. Para el segundo semestre del año, se mantiene la desinversión estimándose al menos el cierre de unas 24 transacciones que actualmente están puestas en el visor tanto de préstamos fallidos como de préstamos reembolsables y REOs -activos adjudicados después de un proceso de ejecución hipotecaria- por un valor inicial de más de 4.300 millones".
Menor exposición al ladrillo
El estudio sostiene que los bancos españoles continúan con la tendencia de reducción paulatina de su exposición inmobiliaria. El análisis elaborado de las 10 entidades bancarias pone de manifiesto como la exposición total inmobiliaria se ha visto reducida en un 11,2%, de 40.118 millones en 2021 a 35.168 millones en 2022, lo que se traduce en 4.950 millones de euros menos en el ejercicio 2022.
En cuanto al crédito promotor sigue una tendencia bajista en 2022 y las previsiones para 2023 continúan en esta misma línea. El saldo vivo conjunto de las entidades analizadas, no supera los 16.000 millones de euros cuando en 2017, el Banco Santander, BBVA y Caixabank ya superaban de manera holgada los 18.000 millones de euros. El banco con mayor financiación a este sector es Caixabank (4.824 millones) seguido por Banco Sabadell (2.327 millones), el Banco Santander (2.327 millones) y por el BBVA (1.861 millones).
“De cara a los próximos años es posible que el mercado inmobiliario genere menor número de transacciones de vivienda -en 2022 se alcanzaron máximos desde 2007, con 717.558 operaciones- debido a factores como el Euribor 12 meses, que ha pasado del -0,5% en diciembre de 2021 a estar alrededor del +4% en la actualidad; o la subida de la inflación que no va al mismo ritmo que los aumentos salariales”, indica Masip.
Pese a estos indicadores, desde la consultora Atlas Value Management indican que “el mercado inmobiliario no derivará en una crisis igual que la de 2007 donde el número de viviendas ofertadas era muy superior a las demandadas, ya que no hay unos niveles excesivos de oferta”.
Aumentan las exigencias de capital en Europa
Algunos países europeos están empezando a exigir más capital a los bancos, con la activación o la intención de hacerlo del colchón anticíclico.
Alemania, Francia y Reino Unido estarían entre los países cuyos bancos centrales estarían estudiando la posibilidad de activar dicho colchón, mientras que en Islandia acaban de anunciar su activación estableciendo el máximo permitido del 2,5% (Noruega y Dinamarca ya estarían en ese nivel).
En España el colchón anticíclico está en el 0%, y por el momento el Banco de España no considera que las amenazas existentes sean suficientes para justificar la activación del colchón. Los bancos españoles cuentan con unos niveles de capital de 360 puntos básicos, a cierre de 2022, respecto a los requerimientos.
"La activación del colchón supondría una reducción de la diferencia frente a los requerimientos pero no una necesidad de acumular más capital. Hay que señalar que la activación del colchón anticíclico no supone un riesgo para las políticas de dividendos en el caso de los bancos españoles y además no deberíamos tener un impacto negativo en las cotizaciones por este motivo", comenta la analista de Renta 4 Nuria Álvarez.
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