Continúa la sangría en Banco Popular. Aunque arrancaba la jornada con un rebote del 4% y ha llegado a registrar repuntes de doble dígito, la entidad capitaneada por Emilio Saracho se ha girado bruscamente a la baja con caídas del 17,40% al cierre, si bien, ha llegado a perder más de un 25%. Cotiza el valor por debajo de los 0,50 euros (0,41 euros) y su capitalización bursátil se aleja de los 2.000 millones de euros (ha llegado a tocar los 1.600 millones).
Incertidumbre en el mercado sobre su futuro. Ampliado el plazo para presentar ofertas de compra hasta finales de mes, sin que ni Banco Santander, ni BBVA, ni Bankia, los principales candidatos a adquirirlo hayan mostrado interés decidido; con una posible ampliación de capital pendiente, pero con la certeza de que los institucionales reclamarán un descuento muy doloroso, el banco no encuentra suelo. Y es que, tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la autoridad bancaria de la región siguen de cerca su evolución, y se especula asimismo con la posibilidad de un rescate.
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Daniel Pingarrón, estratega de IG, explicaba a Estrategia de inversión que Banco Popular “no resiste en su propio pie, no sabemos qué va a ser y creo que tampoco estamos cerca de una solución. La del rescate parece menos probable que la posible compra por parte de otra entidad, pero es verdad que los candidatos para hacerse con el banco no están demasiado cerca tampoco de hacerlo”.
De poco ha servido que la entidad, entregada a la volatilidad, saliera al paso de la rumorología con un comunicado en el que intentaba alejar el fantasma de la intervención estatal. Ni tampoco la venta de Targobank a Credit Mutual por 65 millones de euros. “Noticia de impacto neutro, ligeramente positivo, por la generación de capital, unos dos puntos básicos, y la generación de APRS”, señalan desde Ahorro Corporación Financiera (ACF).
Y es que, tal y como apunta Luis Francisco Ruiz, director de análisis de Estrategias de Inversión: "Popular está en caída libre, nos tenemos que remontar al siglo pasado para encontrar soportes, la tendencia bajista es incuestionable. Lo positivo son las amplias divergencias alcistas que se acumulan en osciladores de precios y de volumen, con una volatilidad cerca de niveles record que apuntan a pánico en los operadores. Si el precio termina por girarse al alza se podría trabajar con un suelo de mercado, mientras tanto, mejor mantenerse al margen”.
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