A priori que haya movimiento en una de las poblaciones más grandes del mundo es positivo. Para el comercio, el turismo, el ocio, el lujo, especialmente para occidente y sus compañías. China ha pasado de un criticado enfoque de Covid cero, con rigurosos cierres y confinamientos de la población, a todo lo contrario. Esta semana ha decidido optar por una reapertura descontrolada que ha desbordado por completo el sistema sanitario.

La movilidad se ha recuperado en las grandes ciudades

Los PMI Chinos han caído, sobre todo el de servicios, que se situó en 41,6 muy por debajo de los 45 previstos - y todavía en niveles de contracción - pero parece que la voluntad de Pekín de reactivar la economía es más importante que las consideraciones sanitarias. De hecho, el propio gobierno chino prometió tomar represalias contra las naciones que impusieran restricciones a sus viajeros. Mientras la  Unión Europea, Estados Unidos y otros países exigieron a los viajeros chinos un resultado negativo en la prueba del coronavirus tras el repentino abandono por Xi Jinping de su política de Covid cero. 

Evolución de los PMI en China

¿Y qué consecuencias tendrá esta reapertura? “Para la economía, esto significa que, salvo accidentes, la recuperación de China podría producirse antes, quizá tan pronto como después del Año Nuevo chino, lo que, por supuesto, podría desencadenar una segunda oleada de infecciones, aunque de menor envergadura. Para que los consumidores puedan empezar a comportarse con normalidad y para que el mercado inmobiliario empiece a recuperarse, hay que hacer frente a Covid”, asegura Stephen Li Jen, CEO at Eurizon SLJ Capital.

¿Contribuirá China a elevar la inflación en Occidente? 

Desde Fidelity creen que la gran pregunta de cara a los próximos meses es si la economía puede reanudar la marcha. A diferencia de Europa, no  existe una crisis energética y nuestra hipótesis de  trabajo es una recuperación moderada y gradual  del crecimiento conforme avance el año, ahora que  han relajado las restricciones contra el COVID. “Sus resultados empresariales mejorarán, al igual que los márgenes, en un entorno  caracterizado por unas renovadas inversiones  en infraestructuras. Somos optimistas en consumo básico, servicios  financieros y atención sanitaria, pero en general  se han descontado muchas cosas en el mercado”, asegura Henk- Jan Rikkerink, Director global de soluciones y multiactivos de la gestora. 

Además se habla de que una vuelta a la normalidad puede desembocar en nuevas tensiones inflacionistas globales. “En una primera fase porque podría provocar problemas en las cadenas de suministro de muchos productos y , en una segunda fase, por el incremento de la demanda china de muchos productos, especialmente de materias primas minerales y petróleo”, dice Juan J. Fdez - Figares, analista de Link Securities. Algo que el experto de Eurizon no suscribe. “Si escuchas las quejas de los ciudadanos chinos, han estado descontentos no porque no pudieran ir al bar más cercano, sino porque no podían ir a trabajar y ganarse la vida. Los chinos están ansiosos por trabajar. La oferta y la demanda en China se recuperarán en sincronía, creo, obviando la necesidad de que los precios y los salarios suban para hacer frente al exceso de demanda. Sin embargo, los precios de las materias primas podrían subir”. 

Sin embargo, la capacidad de China para producir y exportar contribuirá a mantener baja la inflación mundial de los precios de los bienes. “Lo bueno es que, a lo largo de la pandemia, prácticamente no ha habido inflación salarial en China, frente al 10-15% de inflación salarial acumulada en el Occidente desarrollado. Los países desarrollados hablan de deslocalización, pero será difícil si sus salarios han subido un 10-15% en comparación con los de China. Así pues, China desempeña un papel fundamental a la hora de mantener baja la inflación mundial”. 

El mundo no puede volver a la normalidad si no se normaliza el país más poblado del mundo

Pablo García, socio director de Divacons Alphavalue cree que se está depositando demasiado optimismo en la reapertura de China. “Es cierto que será un factor determinante pero ya estamos viendo los primeros problemas con los turistas chinos, con lo que la reapertura será más lenta de lo esperado. China nos trae deflación, que nos viene bien, pero no será tan evidente. Estamos en un punto en el que volveremos a hablar de guerra comercial en cualquier momento, sin olvidar la guerra de chips, con lo que la reapertura es algo positivo pero no determinante, como algunos piensan, para minimizar la recesión que se descuenta para este año”. 

De hecho, explica Li Jen que “el mundo no puede volver realmente a la normalidad si no se consigue normalizar el país más poblado del mundo y la segunda economía mundial. Así que veo la reapertura de China como un paso final necesario para que el mundo vuelva a la normalidad. Sí, un funcionamiento más fluido de la cadena de suministro mundial sin duda debería ser bueno para todos. En cuanto al apetito de los extranjeros por los activos en CNY (Yuanes), creo que la normalización del Covid es una condición necesaria, pero no suficiente, para reavivar el interés de los extranjeros por China. Necesitamos políticas económicas sensatas y una política exterior más cooperativa por parte de China, todo lo cual,afortunadamente, está ocurriendo”.