Fundada en 1950 como Autostrade, Atlantia debe su denominación actual, tal y como explica la propia firma, al titán griego Atlas, que recibió la orden de Zeus de “soportar el peso de los cielos”. Un nombre, continúan, con el que “demostrar claramente la universalidad, fuerza, solidez y responsabilidad que caracterizan la operaciones del grupo y su evolución hacia un entorno internacional”. Persiguiendo esta meta, la empresa transalpina se ha fijado en Abertis, otra vez, pues en 2006 ambas protagonizaron un primer intento de fusión, fallido por la oposición del Gobierno de Romano Prodi.
Con presencia en Italia, Brasil, Chile, India y Polonia, la integración con el grupo español le abriría las puertas, por su puesto a España, pero también a Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Irlanda o Croacia, y a otros grandes países de Latinoamérica como Chile, Colombia o Argentina.
Así, ha presentado una oferta que valora a Abertis en 16.340 millones de euros (16,50 euros por acción), precio que supone una prima del 20% sobre la media de cotización del valor en los últimos seis meses, aunque ronda ya los precios actuales del mismo y no termina de convencer a los expertos, quienes apuestan porque se verá ‘obligada’ a elevarlo para llevar la compra a buen puerto.
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Pero no sólo tendrá que ganarse el favor del mercado, sino también del principal accionista de la española, CaixaBank (que ostenta un 22% a través de su holding Criteria), y del Gobierno de Mariano Rajoy, que vigila de cerca la operación al tratarse de un sector estratégico para el país. De hecho, más allá de las autopistas que gestiona el grupo, no podemos olvidar que tiene una participación del 90% de Hispasat, y en sus estatutos consta que cualquier cambio de control en la empresa debe ser autorizado por el Consejo de Ministros. La entidad, por su parte, se ha limitado a manifestar que “estudiará la OPA con detenimiento”.
A su favor cuenta con las cifras, pues de la fusión de ambas empresas nacería un “líder en la industria de infraestructuras de transporte, con un portfolio diversificado en 19 países, con 14.095 kilómetros de autopistas y 60 millones de pasajeros en los aeropuertos de Roma y Niza. El nuevo grupo será el principal operador de carreteras del mundo con un Ebitda de 6.600 millones de euros y 2.400 millones en inversiones”.
El Gobierno italiano, por su parte, no parece un problema en esta ocasión, pues la crisis política desatada en el país tras el rechazo a la reforma de la Constitución mantiene a los principales partidos centrados en las futuras elecciones. Tampoco el dinero sería un obstáculo pues Atlantia dice contar con financiación de un sindicato de bancos para financiar la operación y, además, ha ofrecido la posibilidad de pagar hasta un 23,2% del importe mediante un canje de acciones (el efectivo sería 12.550 millones de euros).
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Con todo, la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s (S&P) ha advertido a la italiana que podría rebajar su rating (actualmente en ‘BBB+’, con perspectiva negativa) en un ‘escalón’, si la OPA alcanza un alto grado de aceptación en su mayor parte en cash y la empresa no logra “mitigar” con ventas de activos el impacto que esto tendría en sus ratios financieros. Con todo, estos analistas creen que la operación tiene “sentido estratégico” al mejorar su diversificación geográfica y reducir su dependencia de Italia (el país pasaría a generar el 45% del Ebitda frente al 86% actual).
Opinión que comparte Fitch, que también ha puesto en vigilancia negativa su ‘nota’ sobre la compañía (‘BBB+’) a la espera del desarrollo de la operación. “Según nuestros cálculos preliminares, la adquisición se financiaría un 90% en efectivo y un 10% en acciones, lo que llevaría el apalancamiento ajustado sobre las 5,5 veces que desencadenan un recorte de rating. Por el contrario, si compra un 37% en efectivo y un 23% con títulos propios para llegar al 60%, probablemente reiteraríamos el mismo”, afirman. Matizan asimismo que sus cuentas sólo tienen en cuenta los 1.900 millones de euros de ingresos derivados de la venta del 10% d su negocio italiano de peajes, “pero no incluye inyecciones adicionales de capital que podría obtener aprovechando la flexibilidad financiera significativa que alcanzaría la empresa combinada”.
Amenaza que podría crecer si, como opinan los expertos, tiene que incrementar la oferta por Abertis. Y es que, en el mercado se manejan valoraciones superiores a los 17 euros por acción. Concretamente, el Departamento de Análisis de Bankinter sólo consideraría un precio “atractivo” en torno a los 18,05 euros, recomendando, en cualquier caso, a los accionistas que decidan aceptarla “optar por recibir el 100% en efectivo”.
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Por el momento, sus cuentas ‘cuadran’. Atlantia cerró el primer trimestre de 2017 con un beneficio neto atribuido de 176 millones de euros, lo que supone un incremento del 7% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Los ingresos operativos, por su parte, repuntaron un 9%, hasta alcanzar los 1.297 millones de euros, con la facturación del negocio de autopistas creciendo un 5% (922 millones de euros y los del área de gestión aeroportuaria un 30% (159 millones de euros). 2016 acabó para el grupo con unas ganancias de 1.222 millones de euros (un 32% más debido a los extraordinarios registrados en 2015) y unos ingresos operativos de 5.484 millones de euros (un 3% más).
Finalmente, con un valor de mercado de 22.223,4 millones de euros (frente a los 16.455 millones de Abertis), y una rentabilidad por dividendo del 4,35% (5,49% la española), el consenso de FactSet otorga mayor potencial en Bolsa a la italiana (precio objetivo de 26,70 euros), pues Abertis cotiza ya por encima de la valoración de los analistas (15,59 euros). Contrastan también las recomendaciones de los analistas: sobreponderar para la primera, frente al mantener de la segunda.