Marzo de 2020, la crisis del coronavirus provocó una caída que llevó a las bolsas más cerca de los mínimos que muchas habían hecho con la crisis de deuda de 2009 -2012, especialmente en Europa. Y tres años después, el gobierno de Estados Unidos intervino en Silicon Valley Bank para garantizar los depósitos de los clientes tras ser uno de los  bancos más expuestos al sector tecnológico y los bonos del tesoro estadounidense, variables que se derrumbaron cuando la FED comenzó a subir los tipos de interés. 
Pero ¿es marzo un buen mes para las bolsas? Si tiramos de datos históricos, en los últimos 70 años el tercer mes acumula un rendimiento medio del 1,10% y, del total, un 64,8% tuvieron un saldo positivo mientras el 35,1% tuvo un comportamiento negativo. 

El mejor de los años fue en 2000, especialmente cuando Estados Unidos estaba en la antesala del estallido de las puntocom. El peor, fue el año de la pandemia con índices como el S&P 500 cayendo cerca de un 13% en el mes y el Ibex 35 con pérdidas de más del 22% de su valor en bolsa. 

Dentro del mes, a nivel histórico también hay variaciones. De hecho, la mayor rentabilidad se suele hacer en la última parte del mes de marzo, más cerca del vencimiento mensual y trimestral de opciones y futuros, la conocida como cuádruple hora bruja. Y a partir de ahí, las ganancias se estabilizan. 

Además, a todo esto se une la estacionalidad en año electoral en el que suele haber diferencias entre la primera parte del año hasta mayo, con un retorno algo más plano que oscila entre el +- 1% y la segunda parte que, a pesar de incluir el período vacacional, es donde se obtiene la mayor parte de la rentabilidad del ejercicio. 

Aunque los patrones estacionales están ahí para ofrecer una visión orientadora (que no operativa) de los mercados. Estos datos están bien para conocer cómo ha reaccionado el mercado ante situaciones similares, pero a la hora de operar lo importante siempre serán los aspectos técnicos que muestren tanto los mercados, como los sectores y los valores.