Lo que si tienen claro en la firma es que las consecuencias para la economía van a ser muy leves si el default se soluciona en las próximas semanas.
Desde el punto de vista legal y técnico la situación es más que complicada. En Citi apuntan que “una vez que la ISDA ha determinado que se ha producido un evento de crédito no hay que cuestionarlo más, a pesar de las interpretaciones que se den dentro del país, la aceleración en el pago de los bonos impagados se ha convertido en un riesgo real –explican los analistas-. En estas circunstancias, el pago del principal y los intereses de esos títulos podría suponer más de 30.000 millones de dólares”.
Esto quiere decir que una vez que se ha producido el impago los bonistas pueden pedir que el país pague ya, de una sola tacada, todo el dinero que prestaron más los intereses que debían pagarse periódicamente en forma de cupones.
Los expertos afirman que los tenedores de bonos Discount y los Par y Global 17
Sin embargo, en Morgan Stanley creen que con unas reservas de 30.000 millones de dólares Argentina no podría hacer frente a los pagos de la deuda si entrara en aceleración, afirman. Por eso en la firma consideran que esta opción cuenta con pocas posibilidades.
¿Se podría solucionar este problema con alguna de las soluciones de las que habla la prensa, como el acuerdo entre algunas entidades financieras internacionales para comprar los bonos a los fondos buitre?
En su opinión, cualquier solución va a llevar aparejada toda una serie de dificultades. En su opinión no sólo podría disparar la cláusula pari passu, sino lo que ellos han llamado una escalada de “ a mí también”, por parte de otros acreedores que pudieran pedir un tratamiento similar. “Un acuerdo que pudiera llevar a una suspensión corta de esta situación y que permitiese salir al país del default” no sería del todo duradero, ya que Argentina se enfrenta de nuevo al pago de cupones del bono en septiembre y diciembre, “lo que exigiría una solución más larga”, aseguran en la firma.
En Citi, además, señalan que el acuerdo de las entidades financieras para comprar esos bonos a los fondos buitre podría ser una inversión muy arriesgada, sobre todo después de que Axel Kiciloff, el ministro de economía del país haya asegurado que no están dispuestos a ofrecer un mejor tratamiento que el que recibieron los bonistas en la reestructuraciones de 2005 y 2010.
Los expertos de esta firma coinciden en que en un principio las consecuencias del default no son en un principio muy peligrosas para la economía desde el momento en que la mayor parte de la deuda del país está en manos extranjeras. En este sentido, según los datos oficiales que usa Citi, del total de 47.400 millones de dólares en títulos de renta fija denominados en dólares que tiene Argentina en este momento, un 70% está en carteras fuera del país.
Es más, en la entidad financiera recuerdan que los bancos argentines redujeron mucho su cartera de bonos soberanos y los créditos a la administración en los últimos años. Así, si en diciembre de 2002 los títulos de deuda y los créditos suponían un 16,8% de sus carteras, en estos momentos este porcentaje se ha reducido por debajo del 4,8% en el caso de los bonos y del 4.5% en el caso de los préstamos.
El actual default, por otro lado, podría retrasar el acceso de Argentina a los mercados, ya que el país está excluido del mercado de financiación desde el anterior episodio de impago en 2001. La mayor parte de los expertos afirmaba que hasta este suceso con los fondos buitres el Tesoro del país estaba a punto de volver a acceder a los mercados. Habrá que ver cuánto tarda a partir de ahora.
Y esto es un problema porque como señalan en la entidad financiera “Argentina se enfrenta a una importante falta de divisas extranjeras”.
A pesar de las líneas de crédito con otros bancos extranjeros, la línea del FMI, etc… los expertos afirman que “las reservas internacionales parecen insuficientes cuando se comparan con los pagos en divisas internacionales que tendrá que hacer el país en lo que queda de año y el próximo ejercicio”.
Según sus cálculos, el tesoro argentino se enfrenta a pagos de 2.800 millones de aquí a finales de año y a pagos de 9.000 millones en 2015. Además, señalan que además de los pagos de la deuda, la balanza fiscal del país se ha deteriorado mucho en 2014.
Por eso los expertos de Citi afirman que un default que dure más de un par de semanas podría tener unas consecuencias negativas para la frágil economía del país, incluso a pesar de que los bonos estén en manos de extranjeros.“ Estas malas expectativas podrían pasar fractura a la frágil macroeconomía y podría deteriorarse la balanza de pagos, el peso podría sufrir presiones y también podría empeorarse aún más la inflación” , aseguran-
En opinión de Morgan Stanley, un default prologando llevaría a una mayor recesión, incluso en el caso de que no hubiera errores en las políticas económicas del gobierno, apuntan. En estos momentos, explican en la firma, las autoridades seguirán necesitando entrar en déficit para elevar la actividad. “Este año, apuntan estos analistas, el déficit del gobierno central se ha más que duplicado en términos nominales. Además, el default dificultaría la capacidad de las autoridades locales para emitir deuda, añadiendo más presión a las finanzas locales, sobre todo a finales de año”, añaden