La recuperación de las ventas han impulsado el beneficio de la compañía en el primer trimestre de 2017, ¿cuáles son las previsiones de la compañía para lo que resta de año y para 2018?
La verdad que 2016 ha sido un ejercicio un tanto complicado y el primer trimestre las ventas han subido un 5% beneficiado por un incremento de las exportaciones y sobre todo, un incremento de los precios del mercado influenciado por la subida de las materias primas. La previsión que tenemos para el segundo trimestre es que la estabilidad más o menos se mantendrá y donde hay incertidumbre es en el segundo semestre donde no sabemos si tanto precios como volúmenes se mantendrán en la línea en la que estamos ahora mismo.
A nivel de ingresos han crecido en torno a un 20% respecto al primer trimestre de 2016, ¿en qué se ha basado este incremento?
Básicamente en la subida de las materias primas y por otro lado, todos los instrumentos de defensa comercial, medidas antidumping que se han tomado en Europa que, aunque de una manera algo lenta, han llegado a materializarse en el segundo semestre de 2016 y que ha hecho que unos precios que vengan de países terceros que inundaban el mercado a unos precios inferiores al coste de fabricación, han hecho que los precios se hayan mantenido y que los números hayan sido positivos para el año 2016.
El beneficio se ha visto impactado por la buena evolución de las materias primas, ¿Qué evolución esperan en este sentido?
Inicialmente para este segundo trimestre la previsión es mantener los mismos niveles y hay cierta incertidumbre de qué pasará en el segundo semestre porque es un mercado muy volátil, es un sector muy cíclico y la volatilidad de las materias primas hace que no tengamos una visión muy certera de qué es lo que puede pasar en el segundo semestre.
Hemos visto mucha volatilidad en el mercado de materias primas al calor de las declaraciones de Trump sobre la inversión en infraestructuras, ¿cómo lo valoran?
El anuncio es positivo pero todavía no tenemos una visión clara de en qué se materializará el plan de infraestructuras, si realmente se hace como lo están anunciando puede ser bueno. Lo que está valorando Trump es un proteccionismo muy fuerte de las empresas que están en el país – como es nuestro caso – y que si finalmente se materializa podría influenciar. Otro tema muy importante son las medidas de protección frente a países terceros que sí que estamos viendo que son, además de muy rápidas, de unos importes importantes.
¿Geográficamente cuál es la región a la que están más expuestos?
De los 90,8 millones de toneladas que fabricamos a nivel mundial, el 37% lo obtenemos en Europa con una fabricación de en torno al 46%, el 37% América y el resto otros países como Sudáfrica, Kazajstan o Ucrania. En cuanto a la aportación del beneficio al montante total del grupo, Europa sigue estando a la cabeza seguido de países NAFTA, Brasil….
No quería pasar de preguntarle sobre las amenazas que hay a nivel europeo sobre las medidas de defensa comercial, ¿cómo lo ven ustedes?
En todos los aspectos de defensa comercial nos estamos viendo bastante afectados por las exportaciones de países terceros. No olvidamos que Europa es uno de los mercados más abiertos que existen a nivel global y las exportaciones de productos de países terceros están haciendo mucho daño. Se han puesto sobre la mesa medidas antidumping que han hecho que productos concretos se hayan conseguido combatir contra estos países terceros pero sigue siendo una amenaza para el sector siderúrgico si no conseguimos ponerle cierto coto. No pedimos más que haya un fair play, que todos podamos competir en las mismas condiciones, no que tengamos los mismos productos y haya países terceros que tiene una forma de producir que ni es la más sostenible ni las más óptimas desde el punto de vista legal.
Otra de las amenazas importantes para nuestro sector son las primas por derechos de emisión en las que se está trabajando tras el acuerdo de París. La rentabilidad del sector sidergúrgico se podría ver anulada si el coste de los derechos de emisión de CO2 van por los derroteros que a día de hoy están sobre la mesa tanto por parte de la Comisión Europea como el Parlamento y el Consejo. Se da una circunstancia en Europa y es que tenemos que cumplir con toda la normativa medioambiental pero estamos en clara desventaja respecto a otros países en los que una empresa pueda fabricar con niveles de emisión muy elevados. Si no tenemos en cuenta que a nivel global se tiene que hacer algo, la industria en general y la siderúrgica en particular se verá francamente afectada en derechos de emisión de CO2.
Europa es la primera y le quería pregunta si España es una de las principales economía a las que están expuestas. La mayoría de expertos creen que puede ser una gran recomendación de los próximos años.
España es un mercado dentro del Europeo, aporta en torno a 8-9 millones de toneladas. España ha hecho en los últimos años un importante programa de contención de costes, reducción de gastos y obtención de una mayor rentabilidad y productividad que hace que a futuro pueda ser una región muy importante del total que está en Europa. Va un poco por segmentos porque el sector de producto plano va ligado al automóvil y en cambio en la parte de producto largo, estamos viéndonos más afectados por la crisis porque estamos exportando un 80% de materiales en mercados que están en buena situación pero otros que están siendo exportaciones para mantener la actividad de las plantas en España.
¿Cuál es la línea de negocio principal de ArcelorMittal?
En España, Producto plano básicamente enfocado a sector automóvil, naval, eólico…
Cerraron el mes de marzo con una deuda de 12.100 millones de euros, que supone un 9% más que las del primer trimestre de 2016. ¿Cuáles son las previsiones que se han marcado en este sentido?
Antes de las previsiones cabe reseñar que en 2016 hubo un esfuerzo importante por reducir deuda, estamos hablando de 4.600 millones de reducción de deuda, terminamos el año con el nivel más bajo de deuda desde la creación del grupo ArcelorMittal en 2006 con 11.100 millones de deuda por dos factores: ampliación de capital de 3.000 millones de euros y la obtención de caja por la venta de activos en torno a unos 1.000 millones. Hemos incrementado la deuda en el primer trimestre pero porque hemos tenido una inyección de capital circulante de 2.200 millones que hace que la deuda neta ronde los 1.000 millones que ahora es una cifra defendible con 1,7x Ebitda.
Ustedes han lanzado un plan estratégico para los próximos años, ¿qué es lo más relevante?
La deuda es uno de los puntos más relevantes. Con el plan Action 2020 estamos trabajando para obtener un incremento de rentabilidad de 3.000 millones de euros anuales de Ebitda que en 2016 se han superado 900 millones de este objetivo que tenemos establecido con estos tres pilares: Diversificación por productos de mayor valor añadido, incrementar volúmenes y plan de optimización de costes que haga que seamos una empresa más rentable.
Por la reducción de costes y el proceso de optimización de la deuda, llevan dos años sin abonar dividendo. ¿Qué tendría que pasar para que opten por retribuir a los accionistas una vez se ha consolidado el resultado?
La consolidación en 2017 todavía no se habrá producido, nos faltan todavía 4 años y la decisión de repartir o no dividendo la tendrá que tomar el consejo de administración y es complicado que ahora mismo sepamos qué dirán.
Le quería pregunta por el precio de cotización en bolsa porque sube algo más del 3% desde comienzos de año y un 200% desde el ejercicio pasado, ¿se ha puesto en valor toda la estrategia que ha llevado la compañía?
Creo que hay que tener en cuenta el punto de partida. Sí se han puesto en valor las acciones que ha llevado el grupo pero no hay que olvidar que la situación del sector durante muchos años ha sido muy complicada. La capitalización de hace 6-8 años era muy superior al que llegamos en 2015 por eso la mejora de 2016 los mercados lo han visto en positivo pero sin olvidar que teníamos un punto de partida un tanto bajo.