Hay que tener en cuenta que Arabia Saudí es el mayor productor del mundo y que Aramco, por ejemplo, concentra una décima parte de toda la producción mundial del mundo. Al-Naimi fue vicepresidente de los asuntos del petróleo desde 1978 y ministro desde 1995. En algunos momentos, incluso, ha sido presidente de la petrolera estatal.
Los expertos consideran que la salida de Al-Naimi no va a suponer un cambio inmediato en la política de la OPEP. Hay que recordar que ha sido Arabia Saudí el principal promotor de la estrategia de inundar el mercado de petróleo para sacar a los productores no convencionales que necesitan precios más altos para mantenerse a flote. Esta estrategia dirigida a mantener la cuota del mercado cueste lo que cueste.
De hecho, los medios publican que el déficit de Arabia Saudí del año pasado superó los 98.000 millones de dólares debido, sobre todo, a la fuerte caída del precio del petróleo.
Precisamente, el príncipe Bin Salman, acaba de publicar un programa de conversión del sistema económico del país para los próximos 30 años en el que se va a poner de objetivo diversificar la fuente de crecimiento económico más allá del petróleo.
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