Los expertos de la casa de análisis esperan que el metal continúe apreciándose a medida que los inversores comienzan descontar los riesgos que, hasta ahora, han sido ignorados. Un escenario en el que el precio del oro alcanzaría los 1.370 dólares por onza. Un enfoque basado, dicen los expertos, en perspectivas de inflación, tipos de cambio, tipos de interés y sentimiento de los inversores.
Variables que se desglosan a continuación:
El posicionamiento especulativo: tuvo su mayor reducción desde 2001 y se recuperó a finales de 2018. Y, según los movimientos de capital registrados en los Productos Negociables en Bolsa sobre Otro, “el sentimiento hacia el metal precioso está mejorando. La recuperación en el posicionamiento sobre el oro ha estado impulsada por la volatilidad en los meracdos d activos”. (…). Por otra parte, los inversores se han visto sacudidos por el cierre de la Administración de EEUU, recordándoles que el motor de la economía mundial no es invencible al tiempo que los datos que muestra una desaceleración en China, han ayudado a restar optimismo a los inversores.
Todo ello en un momento en que la FED continúa ajustando su política monetaria. Los expertos de Wisdom Tree esperan dos subidas de tipos más para este ejercicio, en línea con las proyecciones iniciales marcadas por el organismo. Una estimación realizada en base a “la evolución lo suficientemente fuerte de los datos macro en EEUU y el mercado laboral”. Sin embargo, los intereses están expuestos a un riesgo bajista que debería favorecer las alzas del oro.
La política de la FED ha derivado en una preocupación mayor: riesgo de que la curva de tipos se invierta. Si bien es probable que el rendimiento de los bonos a 2 años sean los que más se beneficien de la política de tipos de interés, es probable que sobre el tramo más alejado de la curva, veamos un menor incremento de los rendimientos. Esto se debe al hecho de que como la Fed posee un amplio stock de bonos, es probable que no permita que los rendimientos aumenten de modo demasiado agresivo. “A medida que el impacto sobre el crecimiento se disipa en horizontes de tiempo más extensos, la subida de los rendimientos sobre el tramo largo de la curva, será menor que en el tramo corto”.
A pesar de que mucha gente ve la inversión de la curva de rendimiento como una señal financiera de una contracción económica inminente, creemos que una inversión puede darse por motivos más benignos de los resaltados precedentemente y por lo tanto, no es un precursor de una recesión económica. De suceder cualquier cosa, pensamos que la Fed preferirá adoptar una posición más laxa debido a que estará reacia a alejar mucho su política monetaria de la del resto de los bancos centrales.
Por último, el dólar podría continuar apreciándose, sobre todo si se tiene en cuenta que los futuros sobre fondos federales no esperan mayores subidas de tipos. Sin embargo, a medida que otros bancos centrales comiencen a normalizar su política, “podríamos ver al dólar depreciarse ante una reducción de los diferenciales de interés”.
Con todo, ¿qué ayudará a que mejoren las perspectivas del oro?
Creemos que sobre el final de nuestro período de proyección, los precios del oro terminarán más elevados como resultado principalmente de una mayor predisposición de los inversores a tenerlo en sus carteras tras una fase de precios deprimidos. Este proceso ya ha comenzado sobre la última semana de 2018 ante la excesiva volatilidad en la mayoría de los mercados. Si bien en 2018 hemos tenido muchos brotes de volatilidad, la mayoría de los mercados de los países desarrollados han logrado esquivarla. Esto no significa que logren mantener su solidez de cara al próximo shock. Cabe observar que la última vez en que el posicionamiento especulativo en el oro fue tan bajo, fue en 2001, en plena crisis de deuda argentina e implosión del sector tecnológico sobrevalorado. Si bien el metal precioso reaccionó a este escenario de estrés, lo hizo con cierto rezago. En 2002 el oro se apreció un 25% (frente al 2% obtenido en 2001). 3
Entre otros riesgos que pueden respaldar sal precio de oro, teniendo en cuenta su denominación como activo refugio, estarían: un Brexit sin acuerdo, la guerra comercial y el riesgo de que la inestabilidad política en EEUU continúe y se extienda, factores que podrían respaldar la demanda de activos refugio y, por ende, el oro.
Y ¿qué ocurre si este escenario no se cumple? Wisdome Tree adelanta varios escenarios alternativos en caso de que ni los tipos de interés, ni la inflación, el dólar o el posicionamiento especulativo sobre el metal cumplan con los comportamientos pronosticados.