- Empezamos hablando del calendario de esta semana que llega con las proyecciones económicas de la Reserva Federal, el índice de precios al productor, las ventas minoristas de mayo y la producción manufacturera e industrial de mayo. Atentos también a la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en un momento en el que los precios del petróleo siguen muy altos, de hecho Biden apuntó el viernes que estaba consensuando con las petroleras elevar sus niveles de producción hasta niveles récord…
Sí, va a ser una semana bastante nutrida de información, pero el evento más importante es la decisión de política monetaria de la Reserva Federal. El mercado está esperando una subida de 50 puntos básicos tras el dato de inflación del viernes e incluso hay analistas que están barajando que la subida llegue a ser de 75 puntos básicos. Esto provoca bastante volatilidad en los mercados y la posibilidad de que haya una recesión es todavía muy elevada. Vamos a ver si la Reserva Federal sube estos 50 puntos básicos y no da pie a subidas mayores de los tipos al considerar que la inflación puede reducirse en los próximos meses. Me inclino porque la inflación va a ir hacia abajo pero no va a cesar y al mismo tiempo van a estar pendientes de que la economía no pierde mucho dinamismo.
Las ventas minoristas nos darán una idea de cómo los consumidores están digiriendo la subida de tipos porque ya hay efectos como la subida de los intereses de las hipotecas. Los datos de producción industrial y el índice de precios al productor también nos van a dar una imagen de lo que sucede desde el lado de la oferta.
Lo que pueda ocurrir en la reunión de la OPEP es bien relevante porque uno de los choques es el precio del petróleo. Vamos a ver si hay un plan para sustituir la producción, ya que no se quiere consumir el petróleo ruso. Algunos analistas están apuntando que el petróleo puede alcanzar los 150 dólares, una presión inflacionista añadida que es lo que ha generado esta reacción en los bancos centrales.
- La inflación aumentó tres décimas en mayo respecto a la inflación de abril hasta el 8,6% de EEUU, la mayor subida desde 1981. ¿Qué te parece?
Era esperado en cierta forma, algo mayor de lo esperado, pero la parte energética de esta subida ya se esperaba. En la parte subyacente que no tiene componentes de energía, que es más indicativa de cómo se van contaminando los precios en general, subió un poco más de lo esperado pero aún continúa desacelerándose. Por ejemplo, se esperaba que los coches de segunda mano no subieran tanto, también sigue subiendo la renta de alquileres… pero creemos que con la subida de tasas eso va a empezar a desacelerarse. Si hay inflación muy alta tenemos que estar atentos a estas contaminaciones que estamos viendo en automóviles usados o alquileres se empiezan a moderar. Una vez que se resuelvan estos choques de oferta, precios de petróleo y alimentos la inflación empiece a caer.
- ¿Cree que los próximos datos de IPC este año será más bajos y además piensas que la Reserva Federal cambiará su política monetaria dependiendo de estas cifras y que haya alguna sorpresa con los próximos tipos de interés? La semana pasada supimos que el Banco Central Europeo (BCE) subirá los tipos 25 puntos en julio por primera vez en una década…
La expectativa que tenemos es que estas contaminaciones, o la parte más central de la inflación sí empieza a descelerarse en la segunda mitad del año. La Reserva Federal creo que va a seguir con su plan de seguir subiendo los tipos de interés de una manera más agresiva durante el verano, pero sí veo incrementos de 25 puntos básicos de manera sostenida en lo que resta del año y puede que los tipos se sitúen a final de año en el 2,75% y 3%, que lo podemos calificar como bastante restrictivo podemos además la Fed viene disminuyendo su balance, que es otra parte de este ajuste de menos estímulo monetario. Efectivamente, el BCE con las presiones que está observando y ahí las presiones son más evidentes del lado de los volátiles por la falta de suministros, de energía por parte de Rusia y de alimentos por parte de Ucrania y por ello las tasas de inflación son más altas y los riesgos de recesión son mucho más elevados, por lo que el BCE tiene menor margen para hacer un ajuste más agresivo. Estos 25 puntos básicos es como dijo Christine Lagarde para ver cómo el mercado se va ajustando, pero no descarto que se acerque también a unos tipos de interés al 3% a final del próximo año dependiendo de cómo se resuelva el conflicto de Rusia y esa substitución de los productos energéticos de Occidente de lo que viene de Rusia y cómo eso afecta a la inflación y a la actividad económica.
- Todo esto en un momento en el que el Banco Mundial recortó el pronóstico global y además advirtió que muchos países podían caer en recesión. ¿Cuáles son esos datos y las previsiones del Banco Mundial?
El Banco Mundial espera que en la segunda mitad del año las economías tengan un menor dinamismo, EEUU crecerá un 2,5% pero aún así no están incorporando una reducción de la actividad económica en la segunda mitad del año sobre todo en Europa podrían motivar mayores rebajas de previsiones. Es inevitable porque sé está viendo choques en la parte de producción, en la parte de ingresos disponibles de los consumidores y eso tiene que impactar en la actividad, además de la retirada de estímulos monetarios. En EEUU no soy tan negativo en el sentido de que es una economía mucho más flexible y además el mercado laboral no se está calentando como estamos viendo en Alemania o en otras partes de Europa donde los salarios están subiendo y eso te puede generar una espiral inflacionista. En EEUU estamos viendo una recuperación de la pandemia muy gradual que puede ayudar a compensar la retirada de los estímulos fiscales y monetarios. Lo que apunta el Banco Mundial va a ser muy evidente en Europa, sobre todo en la periferia europea y en el norte de África.
- Estamos viendo como la salud de la economía mundial se está deteriorando y además la volatilidad se ha instalado en los mercados. El viernes los tres selectivos de Wall Street cayeron alrededor de un 2%, ¿qué deberían hacer los inversores ante esta situación?
Hay debate sobre si hay oportunidades en la renta variable donde hay acciones relativamente baratas o si las hay en el mercado de bonos, que es un buen refugio en estos momentos de volatilidad. Creo que hay aún mucha incertidumbre y aún no está claro hacia dónde dirigirse. Hasta que no tengamos evidencia de que la actividad monetaria no se va a debilitar tanto por la retirada de estímulos y que la inflación se modera es seguro entrar en renta variable, yo me inclinaría más por el lado de la renta fija de largo plazo donde quizá ya está incorporado, después de la volatilidad que hubo la semana pasada, un ajuste monetario bastante agresivo. Es donde podemos ver refugio si la actividad económica flaquea, no para lograr retornos pero tiene un menor riesgo. Sería aún muy cauteloso en renta variable.
- A todo esto se ha celebrado la cumbre de las Américas en Los Ángeles, ¿cuáles son las conclusiones en materia económica?
Ahí lo fundamental es ver como el presidente Joe Biden mantiene un cierto liderazgo en la región. La discusión central es cómo controlar la inmigración en Centroamérica y de mexicanos hacia EEUU que va a ser un tema político nuevamente en las elecciones y eso ha motivado anuncios de inversión importantes sobre todo en las áreas de Centroamérica y México que podrían ser más provechosos como manufactura, particularmente en textil, y hay un anuncio de 3.200 millones de dólares de empresas privadas para invertir en estos sectores, generar empleo y así frenar un poco la inmigración.