China vuelve a estar en boca de todos. La posible tregua comercial entre el gigante asiático y su “oponente” estadounidense ha llevado a la renta variable china a su mejor semana en los tres últimos años. De hecho, el pasado lunes el Shanghai Composite tuvo su mayor subida diaria desde mediados de 2015 y cerraron el mes de febrero también como uno de los mejores en cuatro años. En este comportamiento tuvo que ver la decisión del MSCI de aumentar peso en las acciones de clase A de China.
Una decisión que, a juicio de Nick Yeo, head of Equities para china de Aberdeen Standard Investment “para nosotros, como selectores de compañías, no tiene aplicación inmediata y práctica. Se trata de algo que no afecta a nuestra visión de si una compañía es buena o mala “y tampoco tenemos la necesidad de ajustar nuestras carteras. Tenemos una visión de largo plazo de lo que históricamente ha sido un mercado minorista muy volátil e impulsado por el momentum”. A su juicio, muchos inversores globales verán en el mercado chino un caso perdido, independientemente de lo que haga el MSCI, tras haber caído más de un 30% el año pasado. Después de todo, “estamos ante un merado ineficiente en el que el 80% del volumen procede de los inversores minoristas locales, es decir, un segmento más influido por los últimos titulares que por las perspectivas de beneficio de las compañías que forman parte del mercado de acciones clase A”.
Aun a pesar de las noticias negativas sobre la desaceleración económica en China, aumento de las quiebras y la guerra comercial, existen razones de peso para que los inversores internacionales vean este mercado de formas más favorable, especialmente a largo plazo. Este experto considera que son las autoridades chinas las que están orquestando la ralentización “para dar un giro a un crecimiento que ha sido impulsado por la deuda. Un movimiento dirigido a salvaguardar su sistema financiero” al tiempo que están impulsando el incremento del consumo doméstico y sostenible. En respuesta a estos desafíos a corto plazo, los legisladores están dispuestos a implementar medidas tanto monetarias como fiscales para facilitar la transición económica.
Claro que no hay que obviar que sigue siendo una economía que crece por encima del 6% - superior a la de cualquier mercado desarrollado – con previsiones de beneficio de ganancias de la clase A para 2019 en el 15% y con un PER que se ha ajustado tras la última corrección del mercado en 2018.
El experto de Aberdeen Standard Investment cree que el aumento de ponderación en el MSCI tendrá un impacto con el tiempo. De hecho, se ha estimado que las acciones de la Clase A de China podrían representar hasta el 20% del índice en un plazo de cinco años, lo que irá de la mano de una atracción de capital institucional extranjero. Un flujo que es a largo plazo y más estable que los flujos que se mueven por sentimiento diario. Esta “institucionalización” del dinero expondrá a las compañías locales a estándares globales de responsabilidad y mejores prácticas algo que “elevará los estándares de gobernanza y hará que el mercado sea más invertible. En nuestra opinión, las empresas bien gestionadas con una buena gestión de capital se convierten en mejores inversiones con el tiempo”.
A medidas que crece la representación de China en los índices de referencia mundiales, tener poca o ninguna exposición al mercado se convertirá cada vez más en una decisión activa. “Es posible que los inversores globales ya estén invirtiendo en China a través del mercado más accesible, el de acciones H (MSCI China Index) que cotizan en la bolsa de Hong Kong”. Sin embargo, sólo hay 256 acciones de esta clase frente a las 3.500 acciones de la clase A. “El mercado onshore de China tiene más del doble de capacidad de mercado y 3-4 veces el volumen de negocio diario de Hong Kong y además, está más diversificado por sectores, menos centrado en tecnología pues pesos pesados como Tencent o Alibaba cotizan en el extranjero”.
¿Dónde están las oportunidades en China?
Desde la gestora cree que las acciones orientadas al consumidor son las que representan un mayor potencial de ganancia pues se benefician del crecimiento estructural de la nación. “Después de todo, la clase media de China se está expandiendo rápidamente, con 380 millones de millenials que ganan y gastan más que sus padres en artículos de lujo, viajes y atención médica”. (Ver: Dinero llama a dinero también en tiempos de incertidumbre)
El mercado de acciones de clase A tiene una correlación mucho más baja con los mercados globales que el MSCI China. “Tiene diferentes catalizadores y por lo tanto, tiende a verse menos afectado por eventos externos. Como tal, la exposición a las acciones de Clase A puede aportar valiosos beneficios de diversificación a una cartera global”.
El experto de Aberdeen Standard Investment cree que si Trump eleva más los aranceles, el crecimiento de China podría reducirse pero esto, por el efecto que tiene en las ganancias de las empresas que se benefician de las cadenas de suministro mundiales (la mayoría cotizando en Estados Unidos) también tendrá efecto sobre su bolsa y economía. Algo que redunda en el interés de ambas partes para encontrar una solución rápida a esta disputa.