MADRID, 03 ABR. (Bolsamania.com/BMS) .- Ha bastado una palabra del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Maro Draghi, para que el Ibex 35 se haya ido a sus máximos anuales (10.552 puntos): QE (compra de activos por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos -Fed). Que el banquero italiano haya dicho por primera vez que una QE es un instrumento disponible en la Zona Euro ha propiciado el optimismo que ha llevado al selectivo español a superar sus máximas cotas anuales, y a cerrar finalmente en los 10.584 puntos, con alzas del 1,42%. El resto de plazas europeas han terminado con subidas del 0,5% de media.
Y si el Ibex 35 sube es porque lo hacen sus bancos, ya que el selectivo español es un índice financiero por naturaleza. BBVA (+3,61%, 9,2200) no ha sido el más alcista, ya que Bankinter (+4,11%, 6,2250 euros) y Banco Popular (+3,94%, 5,8520 euros) se le han adelantado, pero el analista técnico de Bolsamanía, José María Rodríguez, le da especial relevancia, porque ha superado la importante resistencia de los 9,151 euros, el hueco bajista del 24 de enero, y además porque... “ésta ya era una señal más que suficiente para que el Ibex 35 atacara la zona de los 11.000 puntos en las próximas sesiones, y además se le ha sumado Telefónica, que ha confirmado también por encima de los 11,55 euros”. Hoy la operadora ha terminado en los 11,6100, y su siguiente objetivo está en los 12,20 euros.
Bankinter ha superado sus máximos anuales, los 6,09 euros, y ahora Rodríguez, no ve resistencias importantes hasta máximos históricos: los 7,218; mientras que Banco Popular la superaba el martes: los 5,63 euros. Ya explicaba entonces Rodríguez que “cabría barajar como escenario más probable para las próximas semanas niveles de precio cercanos a los 7 euros”.
Fuera del podium, en los puestos cuarto y quinto han cerrado Bankia (+2,43%, 1,5250 euros) y Banco Santander (+1,91%, 7,1488 euros). Sobre la entidad nacionalizada, Rodríguez no ve nada técnicamente: “Ha estado lateral todo el mes de marzo. Tiene soporte en los 1,43 euros, y resistencia en los 1,56 euros primero, y los 1,627 euros después”.
Banco Santander, por su parte, rompió sus máximos anuales ya la semana pasada, y ahora tiene su siguiente resistencia en los 7,40 euros y su primer soporte en los 6,85 euros. El analista técnico de Trader Watch, César Nuez, considera que el banco que preside Emilio Botín ha dado una “importantísima señal de fortaleza. El valor cotiza en los máximos de los últimos tres años y medio, con todo a su favor para que veamos la continuación de las subidas hasta, por lo menos, el nivel de los 7,40 euros, máximos de 2010. Después de medio año de movimiento lateral, parece que volvemos a la senda alcista, si bien, en el corto plazo, no descartamos que se pueda tomar un respiro. Las subidas del 13% de las dos últimas semanas nos hacen sopesar la posibilidad de que veamos un alto en el camino. Esto se podría traducir en la formación de un throw back a los 6,80 euros, niveles en los que lo más correcto sería volver a posicionarnos en el valor”.
Por lo demás, la reunión del BCE se ha saldado sin cambios en los tipos de interés, lo que se esperaba; aunque Draghi también ha reconocido que se ha debatido un recorte en el precio del dinero y en los tipos sobre depósitos. “Todas las opciones quedan abiertas, encima de la mesa. Esto es positivo, porque deja un BCE más próximo a otros bancos centrales. Dicho esto, tampoco parece que el uso de las medidas no convencionales vaya a ser inmediato, aunque sí hay unanimidad sobre su posible utilización de ser necesario”, resume Marián Fernández, directora de Estrategia de Inversis Banco.
La QE ha eclipsado por completo a la temida “deflación”, un riesgo que Draghi sigue sin ver, pero que sobrevuela. No en vano, el presidente del BCE ha reconocido que el dato de marzo le sorprendió por bajo y que, aunque no hay deflación, el temor a que llegue podría influir sobre las expectativas de inflación. Para controlar este escenario, Draghi pone sobre la mesa la posibilidad de un programa de compra de activos y asume que la fortaleza del euro está adquiriendo relevancia en el control de los precios. Eso sí, no se ha bajado del “el tipo de cambio no es objetivo de política monetaria”. Draghi sigue reiterando que el principal riesgo es el bajo crecimiento económico.
María Gómez