Si 2007 pasará a la historia por las hipotecas subprime; 2008 por la bancarrota de Lehman Brothers; 2009 por el colapso financiero de Europa; 2010, por la crisis de la deuda soberana de los países periféricos de la Zona Euro; 2011 por los rescates de Grecia e Irlanda; y 2012, por el rescate a los bancos españoles; 2013 será el año en el que España salió de la recesión técnica, pero aún con tasas de crecimiento incapaces de activar la creación de empleo. 2013 acaba con una tasa de paro en España del 26,7%: más de seis millones doscientas mil personas no tenían trabajo al cierre del tercer trimestre, a pesar de las multimillonarias inyecciones de liquidez de los bancos centrales. La economía real sigue sin recoger los frutos de los esfuerzos monetarios. Al menos en Europa donde el desempleo general de la región sigue en niveles récord. Sin embargo, en la principal economía del mundo, la que se supone que tira del resto del planeta, Estados Unidos, la actividad económica está adquiriendo el suficiente vigor como para crear empleo y que su banco central inicie la retirada de estímulos.
Las previsiones tanto de los organismos oficiales como de los analistas de distintas firmas no prevén que España mejore de manera sustancial sus datos macroeconómicos en 2014, ni en términos de crecimiento del PIB ni por el descenso del desempleo. El gran titular de “España ha salido de la recesión” se guardará en la carpeta de 2013 en las hemerotecas con otro importante matiz: se trata de la salida de la recesión “técnica”. Un solo dato de PIB positivo, por mínimo que sea permite escribir ese titular, valga como ejemplo real el PIB positivo del +0,1% del tercer trimestre tras nueve trimestres en negativo, la recesión más larga sufrida por España desde la llegada de la Democracia.
Y ahí va el matiz del matiz: en lugar de dar préstamos, los bancos han usado la liquidez de los bancos centrales para comprar la rentable deuda soberana de España. Rentable porque estaba disparada ante el temor a una quita similar a la de Grecia. Si ellos no lo hubieran hecho... futuribles difíciles de calcular, así que hasta habrá que agradecérselo.
En este 2013, los conceptos de “rescate” y “prima de riesgo” han perdido peso, pero algunos otros que también presidieron 2012, como “ajuste”, “reforma” o “déficit”, han seguido monopolizando los discursos económicos, aunque en la recta final del año la palabra “recuperación” se ha impuesto, con la esperanza de ser la protagonista de 2014. También han ocupado titulares “palabros” como shutdown o tapering, complicados conceptos en inglés que nos arrebatan una sonrisa al recordarnos al “relaxing cup of café con leche en la Plaza Mayor”. Y es que estos 12 meses no solo han vivido de la economía y las bolsas. 2013 ha sido el año en el que de nuevo Madrid se quedó sin “suelo olímpico”; el año de la desaparición de figuras como Margaret Thatcher, Hugo Chávez o Nelson Mandela; el año en el que por primera vez un Papa renunció al Pontificado y, por primera vez, la fumata blanca anunció a un sumo pontífice americano. 2013 ha sido el año de Eduard Snowden si miramos más allá de España, y de Luis Bárcenas o Miguel Blesa si nos quedamos en casa. Entre los capítulos más tristes, 2013 será recordado con amargura por el accidente de tren en Santiago de Compostela.
El equipo que hace posible Bolsamanía les desea un Feliz 2014 pero, sobre todo, desea darles a lo largo del año que viene buenas noticias, sin matices.
María Gómez