Las acciones de Deutsche Bank caen por tercer día consecutivo este viernes, después de que un fuerte aumento en el coste de los seguros contra el riesgo de incumplimiento (CDS) el día anterior alimentara las preocupaciones sobre la estabilidad general de los bancos europeos. Esta mañana, sus títulos ceden más del 8%.
Las acciones de Deutsche, que han perdido una quinta parte de su valor en lo que va de mes, cerraron con una caída del 3,2% el jueves, mientras que los swaps de incumplimiento crediticio (CDS) del banco, una forma de seguro para los tenedores de bonos, se dispararon a 173 puntos básicos (pb) desde los 142 pb del día anterior, según datos de S&P Market Intelligence el jueves. Esto marca el mayor aumento de un día en el CDS de Deutsche registrado, según datos de Refinitiv.
Mientras tanto, algunos de los bonos de Deutsche Bank también se vendieron. Sus bonos en dólares de nivel 1 adicional al 7,5% cayeron 1 centavo a 74,716 centavos por dólar, lo que elevó el rendimiento al 22,87%. Ese rendimiento es el doble de lo que era hace solo dos semanas, según datos de Tradeweb.
Los AT1 emitidos por los bancos han estado bajo presión desde que Credit Suisse se vio obligado a amortizar 17.000 millones de dólares de sus AT1 como parte de una adquisición forzada por parte de UBS el fin de semana.
Los bancos europeos están sufriendo fuertes turbulencias en las últimas dos semanas, con los acontecimientos en Credit Suisse y la agitación entre los bancos regionales de EEUU, tras el colapso de Silicon Valley Bank y Signature Bank, que alimentan las preocupaciones sobre la salud del sector bancario mundial.
El índice STOXX 600 de bancos europeos -que no incluye acciones de Credit Suisse o UBS- ha vivido una de sus semanas de negociación más volátiles en un año. El índice bajó un 2,1% por última vez, encaminándose a una caída mensual del 17%.
"La sombra de Lehman es alargada", recuerda Araceli de Frutos, de Araceli de Frutos EAFI. Los temores a que se desate una crisis bancaria mundial y un efecto dominó están minando la confianza de los inversores, lo que a su vez afecta a los bancos.
Las autoridades han hecho un gran esfuerzo por devolver la calma y la atención de los inversores ha estado puesta esta semana en la reunión de la Reserva Federal y, sobre todo, en las palabras posteriores, tanto de Jerome Powell como de Janet Yellen, secretaria del Tesoro.
Por un lado, Powell insiste en que sigue la lucha contra la inflación, pero el mercado ya descuenta una bajada de tipos, incluso este año. Por otro, Yellen desató los temores del mercado al asegurar que es pronto para un cambio de normativa que asegure los depósitos, unas palabras que ha matizado después, señalando que "las medidas enérgicas que hemos tomado garantizan que los depósitos de los estadounidenses estén seguros. Ciertamente, estaríamos preparados para tomar medidas adicionales si estuviera justificado", afirmó.
En todo caso, si finalmente la Reserva Federal se ve obligada a bajar tipos este mismo año, será el momento de llevar a cabo una rotación de carteras, como explica Araceli de Frutos. "Eso significaría que la economía americana está en peor situación, crisis bancaria y eso llevaría a una recesión". Si eso pasa, hay que evitar todos los sectores relacionados con el ciclo y con las alzas de tipos. Es decir, evitar el sector financiero, porque se verá una restricción del crédito. También saldríamos de energía o construcción.
Por el contrario, nos refugiaríamos en defensivos con alta rentabilidad por dividendo, como alimentación, farmacéuticas o telecom.
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