A principios de 2022, los elevadísimos precios del petróleo y el gas supusieron un viento en contra para la economía en general y contribuyeron significativamente a la inflación, lo que obligó a la Reserva Federal a embarcarse en su actual política agresiva de subidas de tipos.
El aumento de los precios de la energía y la subida de los tipos de interés provocaron a su vez una divergencia en el comportamiento del sector de la energía, que subió gracias a la subida de los precios de la energía, y del S&P 500, que se vio presionado por la subida de los tipos, de acuerdo con un informe elaborado por Bespoke Investment Group. Como resultado, tanto en una base de 100 como de 200 días de negociación, los coeficientes de correlación entre los precios de cierre de cada índice alcanzaron los segundos niveles más negativos desde 1990.
Sin embargo, desde el 15 de julio, “la correlación negativa extrema entre el sector de la energía y el S&P 500 ha empezado a invertirse”, señalan los expertos. De hecho, la correlación a 100 días ha vuelto a ser positiva recientemente, lo que significa que el S&P 500 y el sector de la energía han empezado a moverse más en la misma dirección que en direcciones opuestas.
Mientras, aunque el coeficiente de correlación de 200 días sigue estando cerca de niveles extremadamente inversos, también ha dejado de bajar y está empezando a moverse hacia una relación más positiva.
Este fenómeno, que la correlación de 100 días se vuelva positiva mientras que la de 200 días siga siendo negativa, solo ha ocurrido otras siete veces desde 1990 (sin que se produjeran otros casos en los tres meses anteriores), de acuerdo con el análisis elaborado por Bespoke Investment.
Y no hay una pista sobre cómo puede evolucionar. “Como se puede ver, en lo que respecta al S&P 500, no hay una tendencia clara en cuanto a la rentabilidad de cara al futuro, ya que los rendimientos han estado generalmente en línea con la media histórica de todos los demás periodos”. En cuanto al sector de la energía, “el rendimiento a seis meses vista ha sido bastante débil, ya que el sector fue positivo menos de la mitad de las veces, con un descenso medio del 0,4%. Los últimos 25 años han sido especialmente débiles, ya que el sector fue inferior a seis meses cuatro veces consecutivas.