Tras las alzas de noviembre, los mercados parece que empiezan a tomarse un respiro. Por lo menos en la americana todos los índices cerraron ayer en rojo (tras la importante caída de los Siete Magníficos, y en Europa las bolsas empiezan también a desacelerar aunque muy ligeramente. El que no se cansa es el Ibex 35... Hablamos de los índices y sectores a tener en cuenta en esta parte final del año con Pablo García, director general de Divacons Alphavalue.
Las expectativas del mercado son demasiado optimistas. Para la FED y BCE no se pronostican más subidas de tipos para el año que viene. De hecho, los mercados hablan ya de hasta 5 recortes de tipos, incluso adelantando a abril-mayo el primer recorte. Y en Europa los mercados monetarios hablan de una probabilidad del 84% de un primer recorte de tipos de 25 puntos básicos por parte del BCE para el mes de marzo, algo contrario a lo que viene diciendo el BCE. Es cierto que estamos teniendo un periodo de inflación importante, pero de ahí a que nos adelantemos a un recorte de tipos prematuro, significaría que entramos en una recesión de caballo. Lo lógico sería que el BCE hiciera un wait and see y pivotara, pero no recortara los tipo con tanto rapidez con los datos económicos que tenemos.
En cuanto a los sectores, ha habido entrada en aquellos que son más positivos con rectores de tipos, como el inmobiliario, consumo, autos, special retailing o textiles, en los cuales nosotros pensamos que el riesgo se ha incrementado de forma notable.
En cuanto a las tecnológicas, seguimos manteniendo posiciones muy largas y tenemos cuatro de las Siete Magníficas: Microsoft, Alphabet, Apple y Amazon, porque los resultados publicados han sido extraordinarios y no pensamos en cifras más flojas de momento. Para nosotros el sector tecnológico sí hay que tenerlo y sobre todo contamos más con EEUU. Les queda recorrido y viendo sus expectativas de beneficios, la cotización de momento no está cara.
Por último, los bancos han puesto un pico en su resultados y tienen que empezar a remitir, sobre todo si tenemos una desaceleración y una tensión por parte de la deuda.