La mayor parte de los miembros de la FED considera que la evolución de los precios en Estados Unidos tiene mucho que ver con la caída de los precios de la energía. Muchos de los participantes aseguran que la evolución del IPC sigue siendo tan preocupante que es conveniente seguir muy de cerca que ocurre porque un nuevo descenso de los precios podría ser incluso peor que una caída del PIB”.
El IPC subió en septiembre hasta colocarse en el 1,4% en tasa interanual. Es el 29 mes consecutivo en el que los precios se sitúan por debajo del objetivo del 2% de la FED.
En la última reunión, en la que se decidió finalizar el tapering, se habló también de los mercados, ya que sólo dos
semanas antes a este encuentro, los principales índices habían sufrido caídas que en algunos casos llegaron al 10%. En su opinión, gran parte de la culpa de esos descensos descansaba sobre las perspectivas de bajo crecimiento fuera de Estados Unidos. Y, además, aseguraban que podría vivirse un episodio similar cuando se produzca la primera subida de tipos.
En las actas se puede leer que los miembros de la FED creen que “si las condiciones económicas o financieras se deterioran más fuera de Estados Unidos, la economía del país podría ser más débil en el medio plazo de lo que está previsto”, explican.
En lo que respecta a la subida de los tipos de interés, los miembros de la autoridad monetaria se mostraron predispuestos a condicionar la primera subida a la evolución de los datos. Como no, se habló de seguir utilizando la frase “considerable time” en los comunicados, aunque o se llegó a algún acuerdo. Simplemente recalcaron la necesidad de que el mercado entienda de que esa medida no depende de un calendario, sino simplemente de la evolución de los datos económicos que vayan produciéndose.
En contra de las medidas adoptadas votó Narayana Kocherlakota. El presidente de la FED de Minneapolis cree que debido a las perspectivas de baja inflación y las caídas que se habían producido en los mercados, el Comité debería comprometerse a mantener los tipos de interés al menos hasta que la previsión de la inflación a largo plazo vuelva al 2%. También dijo Kocherlakota que debería haberse mantenido la compra de activos.