En bolsa…sube que te sube
En bolsa
Técnicamente, ACS no ha dejado de subir desde que hiciera suelo en los mínimos de 2012 en los 10 euros. De hecho, este año ha pronunciado aún más su tendencia alcista logrando superar sus anteriores máximos. Ahora, la cumbre de su gráfico está en los 34,38 euros, coronados este mes de junio. El valor no tiene otro objetivo alcista que se volver a este nivel mientras mantenga el importante soporte de corto y medio plazo de los 33,13 euros, anteriores máximos históricos marcados en 2007.
Apúntese a nuestras alertas de cambio de ciclo bursátil
Por dividendo…
Actualmente ACS ofrece una rentabilidad por dividendo del 3,36% y, además, la opción de cobrarlo en efectivo o en acciones –scrip dividend-. La constructora aprobó en su junta de accionistas de mayo seguir retribuyendo también mediante títulos (algo que hace desde 2012) y, gracias a esta fórmula, podrá evitar más salidas de caja, algo vital para seguir desendeudándose y crecer en negocio. ACS abonará unos 0,706 euros por acción el 22 de julio, como dividendo complementario.
Recordemos que ACS recuperó el dividendo a cuenta este año, con un pago de 0.45 euros por acción, después de que en 2012 se viera avocado a suspenderlo debido a las pérdidas que le acarreó el ajuste en la participación de Iberdrola.
Su salida de Iberdrola...
Pese a las ansias colonizadoras de Florentino Pérez, finalmente ACS no se pudo hacer con el control de Iberdrola. La inversión que supuso el desembargo en la eléctrica y los intentos de control dejaron a la constructora tocada y hundida. Finalmente Pérez se rindió y actualmente sólo posee un 3% de Iberdrola, cuando hace cuatro años tenía el 20%.
Esta venta le ha restado flujo de capital por la parte de los dividendos de Iberdrola que ha dejado de cobrar, pero también le ha proporcionado liquidez para cubrir deuda. Ahora bien, la venta, para mucho, mal hecha, le conllevó unas pérdidas históricas de 1.926 millones de euros en 2012 al deshacerse de un paquete del 12% de la eléctrica con pérdidas netas de 1.312 millones de euros.
Los esfuerzos por desapalancarse…
Estrechamente relacionado con la participación en Iberdrola está su endeudamiento. De ahí que sea comprensible su desinversión en la eléctrica. Adicionalmente, para cumplir con su objetivo de desapalancamiento, ACS ha ido vendiendo negocios no estratégicos. Por ejemplo, en 2013 vendió todos los aeropuertos gestionados por Hochtief a una filial del fondo de pensiones canadiense Public Sector Pension Investment Board completada con un beneficio antes de impuestos de 122.701 miles de euros. También vendió el 70% de los activos de telecomunicaciones de Leighton a Ontario Teachers’ Pension Plan con un resultado antes de impuestos de 154.282 miles de euros; así como otros activos relacionados con la actividad de gestión y mantenimiento de instalaciones (“Facility Management”), que fueron vendidas a Spie y que le aportaron un beneficio de 157.755 millones de euros. Adicionalmente, este año ya se ha deshecho de la sociedad aurelis Real Estate y activos de PT Thiess Contractors, en Indonesia procedentes de la filial Hochtief.
Así todo, ACS logró terminar el ejercicio 2013 con una deuda neta de 4.235 millones de euros, un 14,5% menos que en diciembre de 2012. Ahora bien, no hay que dejar pasar por alto que, aunque la cifra de deuda presentada por ACS cumple con las expectativa, realmente la constructora posee otros 2.073 millones de euros en activos y pasivos mantenidos para la venta y que, por esta condición, no engrosan el agujero oficial. De esta cifra, las energías renovables suponen 593 millones, los activos concesionales, 57,6 millones, y las líneas de transmisión y otros, 248,849 millones.
En 2014 ACS tendrá que hacer frente al vencimiento de 717 millones de euros de deuda. Una cifra poco preocupante. Sin embargo, en 2015 la constructora se enfrentará a un gigantesco agujero negro con el vencimiento de deuda por valor de 2.686 millones de euros.
El fallido proyecto Castor…
Esta semana ACS renunciaba a la concesión del proyecto Castor, es decir, al gran almacén de gas natural subterráneo que la constructora puso en marcha frente a la costa de Vinaroz (Castellón) y cuya actividad generó múltiples seísmos. ACS había invertido en este proyecto 1.400 millones y ahora reclama a la Administración 1.600 como recompensa por la inversión fallida y otros gastos. Con respecto al abandono del proyecto Castor, Sara Carbonell, Responsable de desarrollo de clientes y analista de CMC Markets, comentar que “aunque desde la propia ACS han afirmado que esta inversión puede ser recuperable, habrá que verlo”. Pese a esto, “hasta finales de año le veo potencial en bolsa”.
Salida de accionistas críticos…
En el último año algunos de los grandes accionistas de la constructora han ido deshaciendo posiciones, como Los Albertos y Banca March. Las ventas de paquetes accionariales que han ido llevando a cabo responden a la falta de entendimiento con la gestión del presidente de la compañía, Florentino Pérez.
Así pues, Banca March, a través de Corporación Financiera Alba, ha reducido su participación a poco más de un 11% en los últimos años, cuando hace tres años poseía casi una cuarta parte de ACS.
Mientras, Alberto Alcocer y Alberto Cortina actualmente poseen en torno a un 7%, mientras que hace dos años tenían el doble.
Diversificación clave…
José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis, apuesta por ACS “por su diversificación internacional y de negocio”. Y, es que, en estos años de crisis la compañía ha sabido salir a flote gracias a la diversificación por sus tres áreas de negocio: construcción, servicios industriales y medio ambiente, así como por su diversificación regional.
Las actividades de medio ambiente se centran en España, lo que ha supuesto un dolor de cabeza para la compañía cuando tenía que pegarse con la Administración para cobrar los contratos de servicios urbanos públicos. Aun así, en 2013 logró aumentar sus ventas un 5,3%, hasta los 1.781 millones.
En cambio, la actividad de servicios industriales está claramente diversificada por zonas, con un importante peso de América, que ya supone el 42% de las ventas, por encima del 29% que representa España. En 2013 aumentó sus ingresos en esta rama ligeramente hasta los 7.067 millones, frente a los 7.050 millones de 2012.
El negocio de la construcción sigue siendo el de más peso de su cartera (29.559 millones en ventas en 2013), aunque ha rebalanceado su exposición hacia regiones con un mayor potencial de construcción, como Asia o América. España ha pasado a suponer un marginal 5% de las ventas y un 7% de la cartera de pedidos.