Esta nueva Abengoa, indica la nota, tiene un valor "siete veces mayor en operación que en liquidación" por lo que esta vía ofrece el "mayor potencial valor" para todas la partes.El plan, que se ha hecho tras analizar toda su cartera, centra la actividad del grupo en ingeniería y construcción, centrados en proyectos llave en mano que creen valor con las menores necesidades de capital.
En cuanto a los proyectos bajo el modelo de concesión, se señalan algunas limitaciones de riesgos financieros: deberán tener una estructura de 70 % deuda y 30 % capital, y la compañía mantendrá un tercio de ese capital buscando socios para el resto.
Además, Abengoa apunta que sus necesidades de liquidez para este año son de 826 millones de euros, que derivan de la puesta al día de la actividad tras la reestructuración y completar una serie de proyectos seleccionados. A esta cantidad se le añadirían 304 millones de euros para 2017, junto a los cerca de 525 millones de euros en concepto de avales.
En relación a los datos de los tres primeros trimestres de 2015, la deuda de Abengoa alcanzó los 8.904 millones de euros frente a unos ingresos de 4.872 millones y un Ebitda que sumó los 891 millones de euros. Unos números que colocaban relación entre ebitda y deuda bruta en 9,9 veces y que llevaron a la compañía a presentar el preconcurso de acreedores.
En la presentación, la compañía andaluza también hace referencia a la "vieja Abengoa" de la que destaca su liderazgo en la ingeniería en energías limpias y su capacidad de generar negocio pese al "significativo impacto" de los cambios regulatorios y la situación inestable de algunos de sus mercados clave.
Pero el modelo de negocio de esa vieja Abengoa, reconocen, era muy intensivo en capital lo que terminó en un endeudamiento que llevó al concurso.
Esta reestructuración financiera debe abordar la fuerte reducción de la deuda que en esa nueva Abengoa rondaría los 3.000 millones frente a los cerca de 9.000 actuales.
Sobre la mesa se insinúan varias vías para reducir esos 6.000 millones de deuda: quitas (que la banca rechaza de entrada), capitalización de la deuda, préstamos participativos a largo plazo o una combinación de varias que, al final, terminará previsiblemente dando el control de esa nueva Abengoa a bancos y fondos.