Esto es consecuencia de la subida de impuestos, que ha disminuido la renta disponible, y por la destrucción de empleo y la reducción de salarios. Esto se combina con la incertidumbre de qué pasará estos años y conlleva un menor ahorro de las familias. Además, parte del dinero que no se ahora se destina a desapalancarse.
Esto ha conllevado el cambio de objetivos de ahorro
El primer motivo de ahorro, por tanto, son los imprevistos y, el segundo, la jubilación, que se ha mantenido inalterable.
Los no residentes están volviendo al mercado español, lo que está ayudando a la consolidación de las buenas rentabilidades de la bolsa española, sin embargo el factor conservador del ahorrador nacional se ha acentuado en los últimos años por la incertidumbre económica, disminuyendo aquellos inversores de perfil dinámico o moderado. Además, cada vez los inversores españoles son más cortoplacistas
El depósito bancario es el primer producto de ahorro para los españoles. Sin embargo, la decisión del Banco de España de recomendar a los bancos que reduzcan la rentabilidad de los depósitos está conllevando que se invierta menos en estos productos desde principios de año. Además, esto también ha conllevado que durante este año los fondos de inversión hayan registrado suscripciones netas positivas todos los meses, puesto que los depósitos ya no ofrecen esas altas rentabilidades, y los inversores están aprovechando el momento dulce de las bolsas y la deuda a través de fondos.
A la hora de elegir un producto de inversión, los ahorradores españoles en 2009 primaban la seguridad. Entre el 2011 y el 2013, a pesar de que el factor seguridad sigue siendo el que más priman, la rentabilidad se ha convertido en el segundo factor con más ponderación. Además, es presumible que, si mejora la situación económica, el factor “rentabilidad” tenga mayor ponderación y la “seguridad” deje de ser lo que más priman.