La jubilación es la fase de la vida para la que la mayoría de personas se preparan durante muchos años. El hecho de dejar de trabajar significa una pérdida del poder adquisitivo y pocos quieren renunciar al nivel de vida que han llevado durante toda su etapa laboral. Para suplir esta reducción de ingresos, la mejor fórmula es buscar inversiones y métodos que permitan ahorrar para jubilarse. Desde un plan complementario a la pensión pública hasta la inversión en vivienda, aquí vamos a analizar tres estrategias muy óptimas para obtener unos ingresos extra y conseguir así un retiro dorado. 

Fondo privado de jubilación

Las pensiones privadas tienen una importancia creciente entre los ciudadanos, fruto de las exigencias y restricciones que encontramos en la pensión pública. Contratar un fondo para la jubilación, en el que ingresamos una cantidad determinada cada mes, es una garantía para disponer de un buen capital cuando alcanzamos los 65 años. Incluso hay opciones para retirar el dinero acumulado, al que se suman los intereses, antes de dicha edad. Si bien destinar una parte del salario mensual a este tipo de inversión supone una pérdida de liquidez, los beneficios son muy altos, pues cuando haya que retirar el dinero, la cantidad que recibimos es bastante mayor a la que hemos destinado durante veinte o treinta años. A diferencia de la pensión pública, la ventaja de la pensión privada es que se puede heredar. De manera que si el usuario fallece antes de alcanzar la edad de jubilación, ese dinero va a sus herederos. 

Gasto en vivienda

Para un particular, la vivienda es una de las inversiones más rentables hoy en día en España. Esta idea lleva manteniéndose y siendo efectiva en el país desde hace treinta años, así que es bastante acertado pensar que lo seguirá siendo dentro de otras tres décadas. Un inmueble puede aportar una rentabilidad anual de entre el 5 y 10 por ciento. El gasto inicial es un esfuerzo grande, si bien optar por una hipoteca puede resultar la opción más conveniente. El préstamo se puede pagar con el alquiler y una vez ha sido finiquitado, posiblemente cuando se acerca la edad de la jubilación, todo el dinero obtenido en concepto de arrendamiento va directo a la cuenta del beneficiario. 

Activos de renta fija

Los bonos y otros valores de inversión no aportan una rentabilidad tan alta, pero significan una inversión muy segura. El beneficio, además, es mayor cuando se colocan a medio y largo plazo. Entre los más seguros están los Bonos del Estado, una inversión que garantiza una rentabilidad mínima, pues es el propio Estado de España quien lo avala. Consiste en aportar al banco nacional un dinero con el que se salda parte de la deuda del país, y que el ciudadano recibe con unos intereses. Los bancos y algunas entidades financieras también ofrecen este tipo de activos, a fin de obtener capital de forma rápida, con el compromiso de devolución con intereses. Tiene un retorno inferior, aunque si asumimos cierto riesgo, la rentabilidad puede ser igual o superior al que ofrece el mercado inmobiliario. 

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