Y todo gracias a la llamada “Shale Revolution”, -revolución del petróleo y el gas no convencionales-. La tecnología ha permitido que Estados Unidos sea capaz de sacar petróleo de las piedras y eso ha generado que este año sus petroleras puedan sacar 1,1 millones de barriles diarios más.
Para el año que viene esa cantidad aumentará en otros 963.000, según los cálculos de la administración del país. Esto ha llevado a que la producción llegue a máximos desde los 70.

Mientras tanto, la demanda no deja de caer. Sólo en Estados Unidos, descenderá alrededor de un 0,2% o lo que es lo mismo, casi 19 millones de barriles al día, la menor cifra desde el año 2012, según las estadísticas del propio gobierno.
Esto ha permitido que ni tan siquiera las amenazas geopolíticas en Rusia y en Oriente Medio hayan provocado una subida de los precios del petróleo. La OPEP (Organización de Países Petroleros) ha perdido parte de su poder de control sobre el crudo en el mundo. No obstante, no cabe despreciar el papel que siguen jugando países como Arabia Saudí o Irak en este tablero de ajedrez.

El aumento de la producción de petróleo y gas no convencionales ha llegado en un momento, quizá, no muy oportuno. La economía China, una de los motores para esta industria sigue languideciendo, a pesar de que su PIB podría crecer un 7% este año y el que viene. Sin embargo, los precios del petróleo no han hecho más que caer en los últimos meses.

El Brent, por ejemplo, ha llegado a tocar niveles por debajo de los 90 dólares en las últimas sesiones, lo que significa el mínimo desde junio de 2012 y el West Texas ha ido más allá, para tocar niveles mínimos de 22 meses, según los datos de junio.


El Brent ha caído más de un 20% desde los niveles de junio, lo que da una idea de la magnitud de la caída, más cuando el propio FMI ha rebajado las previsiones de crecimiento económico a nivel global.

Lo que puede ser bueno para la economía, ya que abarata los costes de las industrias –aunque dificulta que aparezca la inflación-, está teniendo ya efecto entre las empresas petroleras estadounidenses, que llevan varios meses sufriendo esta circunstancia.

Y más que podrían sufrir si los precios siguen bajando, ya que la actividad de exploración, sobre todo en el petróleo no convencional podría dejar de ser rentable si los precios bajaran de los 80 dólares, en opinión de muchos expertos.
La propia agencia Fitch ha dicho que el Brent podría bajar hasta 80 dólares, y que eso produciría una reducción de la inversión en Estados Unidos.

Eso quizá, ha llevado a que índices como el S&P 500 Energy caiga alrededor de un 5% en lo que va de año.
Empresas como Diamond Shore llevan caídas de más de un 40% desde que comenzó el año y eso es lo que les podría esperar a todas las compañías relacionadas con la extracción, exploración y todo el sector que creció al calor de una revolución, la del Shale oil y que si nada cambia podría pasarles factura en los próximos meses.

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En la siguiente lista están los nombres de algunas compañías que podrían estar en peligro en los próximos meses.

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