Durante las últimas semanas, desde Blackbird hemos venido advirtiendo de la formación de una posible burbuja en la indústria farmacéutica USA, concretamente en el sector Biotechnology, en el MAB y el sector Internet bajo sus redes sociales. De hecho, algunas de las ideas que hemos llevado a cabo pasan por buscar posiciones cortas en Twitter, Facebook o Linkedin o en compañías biotecnológicas como Celgene, Illuminia y Biogen.
En algunos de los artículos de mi tribuna de opinión de esta casa, he venido comentando nuestra idea de buscar posiciones cortas en estas ideas y valores, y contrariamente de lo que ha venido pasando en los últimos años, he creído que en este mercado bajista, la idea consistía en vender fortaleza más que debilidad. En febrero del año 2.007, el sector financiero comenzó a desplomarse, marcando pérdida alarmante de fuerza relativa y máximos decrecientes. El sector más débil marcó el camino y lo hizo por una debilidad subyacente de valor. Entonces dió comienzo el estallido de una burbuja de crédito, ¡la peor de todas las burbujas! Romper el equilibrio del crédito tiene un riesgo sistémico, por este motivo, las burbujas financieras que han existido a lo largo de la historia, han tenido más o menos gravedad, en función del uso y/o abuso del crédito.
La primera gran burbuja conocida, es la popularmente denominada “tulipomanía”, apasionante como todas ellas, pero especial, al menos para mi. Desencadenada en la década de 1.630 en los Países Bajos con algo tan ridículo como los bulbos de tulipán.
Los bulbos se convirtieron en objetos de coleccionista, lo que afectó a su mercado provocando una subida de sus precios hasta tal punto, que las rentabilidades llegaron a ser del 500%. La codicia llegó a tal extremo que se comenzaron a firmar contratos de futuro para comprar los bulbos antes de que se cosecharan. Hasta que la burbuja estalló en otoño de 1.636 arrasando con absolutamente todo y aniquilando la economía holandesa, asfixiada por unos inversores endeudados, que hipotecaron casas y fábricas para poder comprar una simple planta. La burbuja de la tulipomanía, se ha visto precedida de otras burbujas como por ejemplo la de la compañía de los mares del sur, en esta ocasión bajo el nuevo pretexto de que el descubrimiento del nuevo mundo, traería beneficios incalculables. Las burbujas existen y existirán siempre, puesto que la codicia humana no tiene límites, ¡y no los encontrará mañana!
Pero en la era moderna, el conocimiento y la compilación de datos bursátiles, nos permite estudiar y comprender en la evolución de la historia contemporánea la importancia de los mercados en nuestra sociedad. El crack de 1.929 y el reciente de 2.008, han sido los más duros que ha vivido la historia de la humanidad. En el 1.929, la burbuja en los precios de las acciones llevó a la sociedad a pedir créditos para comprar valores. La subida bursátil provocó que empresas y familias compraran acciones a crédito. El apalancamiento era tan elevado que el 40% de los créditos que se prestaban en América eran para comprar acciones. El 90% del volumen bursátil era con compras apalancadas.
Cuando la bolsa se desplomó, entonces los inversores quebraron sus cuentas y no pudieron devolver sus deudas, evidentemente. Los bancos tuvieron pérdidas multimillonarias y las empresas quebraron, no por falta de actividad si no por las abultadas pérdidas bursátiles y por la elevada deuda. Todo se convirtió en una debacle que provocó señores; ¡la gran depresión! En el año 2.008, los créditos se utilizaron para hinchar la burbuja inmobiliaria, los efectos eran menores, pero el tamaño de la burbuja era muy desproporcionado. Creo que lo peor de una burbuja, es que la codicia busque crédito para hacer dinero fácil y en España lo hemos vivido con el crack inmobiliario, que ha costado el bienestar de una generación, aniquilando el estado del bienestar y destinando el ahorro de los últimos 20 años a rescatar a los bancos.
Otras burbujas menos nocivas, son aquellas provocadas por los precios. Burbujas que se mueven por la codicia hacia algo nuevo, que atrae a la multitud a buscar dinero fácil y que termina con una destrucción de valor importante, pero que únicamente afecta a los activos específicos sin provocar un riesgo sistémico, al no poner en riesgo la base del sistema; que es el crédito.
Una burbuja, es un suceso financiero que se produce por la exageración del precio de un activo, que se eleva de manera desproporcionada de su valor intrínseco, causado por la codicia especulativa y se mantiene hasta que finaliza la euforia, cuando se produce un cambio en el sentimiento del mercado, y se pierde la confianza en el mismo. Este suceso genera un período de pánico en el que los inversores corren a vender lo adquirido con el objetivo de minimizar sus pérdidas, logrando una caída repentina y brusca de los precios y en determinadas circunstancias; ¡un crash!
Las burbujas pasan todas por diferentes etapas:
1. Inicio de la burbuja; espiral alcista del precio provocado por la codicia, que genera escasez de la oferta.
2. Auge de la burbuja; el propósito de invertir en el subyacente puede dejar de existir en la mentalidad del inversor y la ansiedad de perder la oportunidad nos lleva a perder el juicio.
Esta etapa eufórica está protegida por quienes participan en ella, que siempre tratan de justificar las circunstancias que los están enriqueciendo. Si la burbuja se alimenta de deuda, podemos pasar a una fase conocida como “manía” en donde la irracionalidad se extrapola a niveles extraordinariamente injustificables.
3. Fin de la burbuja; alguna noticia o rumor, o simplemente el agotamiento de dinero codicioso, desata la venta y se experimenta entonces una etapa de negación y de revulsión de los activos otrora tan deseados y ahora defenestrados, convirtiendo héroes en villanos y el espiral bajista ¡comienza!
En todas las burbujas hay un detonante, en el caso de la burbuja de la indústria farmacéutica americana, ha sido el Obama Care. La reforma sanitaria en USA ha traído buenos beneficios y a priori es una idea totalmente inteligente. Pero los inversores han empezado a comprar acciones, dejando de lado el valor y exagerando sus precios, desproporcionando su cotización. La burbuja no ha pasado a “manía”, pero la sobrevaloración del precio de algunas compañías bien podría corregir entre un -40 y un -50%. Este ajuste mantendría los ratios P/E en niveles de precio sostenibles y más realistas, ajustados a las perspectivas reales del incremento de negocio provocado por la reforma sanitaria americana.
Si observamos la burbuja de las redes sociales, los ratios P/E de Linkedin o la extravagante capitalización de Twitter, que no ha sido capaz ni de generar beneficios, hace que el peligro de desplome en estas compañías sea francamente notable para mi. En este caso, la burbuja no se ha retroalimentado con extravagantes subidas, más bien ha sido provocada por una exageración en la valoración de la compañía en su salida a bolsa. El enorme crecimiento de Google, ha provocado que el mercado haya exagerado las previsiones de crecimiento empresarial en estas compañías y el mercado las ha absorbido con la creencia de que hará una pequeña fortuna. Pero el precio es extremadamente caro y descuenta una mejora en sus beneficios sostenida en el tiempo, que bajo mi punto de vista es irracional. Justificar un PER 800 se antoja ciertamente complejo, pero la realidad es que hace dos años que persigo esta idea y el precio no para de subir...
Sin embargo, por más que los precios no justifiquen una idea, siempre tengo en mente que una burbuja puede convertirse en “manía” y que como decía Keynes; ¡el mercado puede permanecer más tiempo irracional del que podemos permanecer solventes! Por este motivo he seguido muy de cerca las ideas bajistas en redes sociales, hasta que he decidido incorporar en nuestras “Best Ideas”, posiciones cortas en el conjunto de las redes sociales, una vez los beneficios en Twitter, operación que por cierto anuncié en el valor del día de Estrategias de Inversión el día 3 de enero de este año, me ha permitido financiar un posible error en mi juicio, buscando cortos en Facebook y Linkedin. El recorrido sigue intacto y de hecho, estoy buscando piramidación en dirección, en posible zona de mínimos históricos. En ese preciso instante es cuando un Trader debe ser determinante y los precios vírgenes, son niveles de miedo extremo, puesto que la ilusión se convierte en miedo, ya que un nivel mínimo de cotización implica que ningún alcista en el mercado, esté ganando dinero.
Finalmente la burbuja más cercana que nos encontramos, es la del MAB. Muchos inversores nos consultan a diario sobre la idoneidad o no de entrar en valores del MAB. Nuestra respuesta es tajante, ¡no! Los dos referentes en cuanto a la extraordinaria revalorización del MAB son Carbures y Gowex, pero está claro que en el MAB hay muchos pequeños valores como por ejemplo Bionaturis o Ibercom que han exagerado sus cotizaciones de una manera desproporcionada, justificando los precios por el importante incremento que hemos vivido en algunos de sus negocios. No puedo negar que compañías como Carbures o Gowex lo están haciendo muy bien, pero ni los propios dueños en su versión más optimista imaginaron el peligroso éxito bursátil. En tal caso, no nos parece razonable que un emprendedor venda su negocio con un 1.000% de descuento, nadie es tan generoso en los negocios.
La codicia se ha apoderado del precio y los pequeños free float de muchas de estas compañías provocan un efecto embudo que o bien dispara los precios al alza o bien los hunde.
Una compañía puede disparar su crecimiento, pero los inversores se reparten entre inversores de valor e inversores impulsivos. Los value investors quieren formar parte de la idea de negocio, es decir entrar en el consejo de administración y participar de la aventura empresarial. Un especulador impulsivo, simplemente nada entre la arrogancia de la codicia y trata de ganar dinero fácil. Los héroes se convierten en villanos y los sueños en pesadillas. El mercado es voraz, y mi experiencia me dice que muy poco escrupuloso. ¡Nunca ha sido fácil ganar dinero!
Cuando lo es, algo falla de facto. ¡Mucho cuidado! puesto que el dinero codicioso es poco fiel y no tardará en salir cuando vea que el sueño dorado se convierte en pesadilla. El recorrido de estas compañías ha finalizado y en casos como el de Gowex, el precio justifica un crecimiento sostenido en el tiempo durante los próximos 5 años, por lo tanto, está claro que las noticias negativas pueden pesar muy negativamente y las positivas le podrían dar algo más de recorrido, pero para mi los riesgos no justifican su inversión. Si la burbuja del MAB estalla, ¡que lo hará! el mercado no discriminará y castigará a todas por igual. En el largo plazo, probablemente veamos a Gowex nuevamente en 30€, pero antes podríamos observar mucha volatilidad. El mercado funciona así, es la ley de la oferta y la demanda, ¡quien lo conoce, lo sabe!
No puedo negar que hay buenas compañías, como Gowex o Carbures, pero los precios actuales no justifican ninguna inversión. ¿Podemos pagar 40 veces por una compañía? sí, claro. Pero no podemos negar que el negocio se hizo comprando a 2€, ahora dicho negocio ya está hecho y como decía, el precio justifica un crecimiento sostenido en 6 años y eso es mucho tiempo. ¿Y si sale otra tecnología?
Si la codicia no estalla, es probable que vaya a buscar de manera indiscriminada todas las pequeñas compañías. En 2.007 vivimos algo parecido con el mercado de corros y como sabemos terminó como suele terminar todo esto, ¡con lágrimas y mucho dolor! Ahora la codicia se ha apoderado del MAB, los inversores saben que pueden hacer una pequeña fortuna. Convertir arrogancia en terror, requiere un proceso de negación de la evidencia que creo que justo ahora está comenzando y los patrones chartistas que se han iniciado, están marcando de manera clara que el estallido de la burbuja, ¡podría haber comenzado!
La negación es perniciosa y muy peligrosa. Desdeñar los peligros que se apoderan del precio implica arrogancia y tratar de anticipar un plan de negocios en 5 años, me parece una aberración importante más sabiendo que el principal argumento de un empresario de éxito es la convicción y la fe en sí mismo, y si dicha fe fuera tal, alguien no se ha planteado que los propios dueños de la compañías que tanto dinero les está dando, ¿no hubieran vendido más cara la piel del oso, antes de cazarlo?
Nadie sabe cómo comenzó la burbuja del MAB, pero desafortunadamente, sí sabemos cómo terminará y podemos seguir negando aquello que no comprendemos, pero en el mercado la historia ha demostrado una y otra vez, que lo fácil siempre termina convirtiéndose en una pesadilla, y créanme que como siempre, ¡esta vez no será diferente!