La justicia española todavía mantiene el caso en los tribunales estadounidenses en contra del Gobierno argentino, reclamando una indemnización de más de 2.000 millones de euros. El foco de todo esto está en Petersen Energía (Pesa), la sociedad controlada por los Eskenazi, socios de la compañía española en Argentina, que entre el 2007 y 2011 se convirtió en el
mayor aliado de Repsol en Argentina cuando compraron a través de Pesa el 25% de YPF. “Repsol redujo así su presencia en YPF a poco más del 50% en un intento de bajar progresivamente su exposición al país”, afirma el diario Expansión.
Pero en 2012 todo se hundió, cuando Cristina Fernández, presidenta del Gobierno argentino en ese momento, decretó la expropiación de YPF y “además de las acciones que le quedaban a Repsol en YPF, el Gobierno de Kirchner se quedó con las que tenían los Eskenazi a través de Petersen Energía”, afirma Expansión.
Tras un año de conflictos diplomáticos entre España y Argentina, Repsol consiguió llegar a un acuerdo mediante el cual se le compensaría con 5.000 millones de euros debido a su ex participación en YPF, mientras que Pesa no recibió ningún tipo de compensación.
En España nos conformamos con aquello y se olvidó el asunto, hasta ahora, que el muerto ha vuelto a resucitar debido a la situación en la que se “abandonó” a Pesa, sin dividendos y sin YPF, tras la cual la compañía entró en quiebra total y en concurso de acreedores. El tema fue a las manos del Juzgado Mercantil y el administrador del juez realizó un “meticulosos trabajo con un análisis exhaustivo de todos los activos recuperables de la empresa para poder saldar en la medida de lo posible el pasivo del grupo y entre estos activos situó como el de mayor valor la posible indemnización que pudiera recibir Petersen del Gobierno argentino por el 25% de YPF igual que Repsol recibiese una compensación por el 50%”, informó Expansión.
El administrador del caso ha tenido que realizar un gran trámite judicial internacional, involucrando a bufetes especializados, para abrir un pleito en los tribunales en Nueva York.
¿Quién saldría beneficiado de todo esto si tiene éxito el proceso judicial en el que Pesa está involucrado?
El mayor beneficiario sería Repsol, debido a que en su momento fue la que financió a Pesa para que estos pudiesen hacerse cargo de la compra del 25% de YPF. Tras esto, cuando se produjo la expropiación de YPF, Pesa no pudo devolver el crédito a Repsol y la compañía española acordó algunas garantías y provisiono el resto de la deuda, dándola por perdida.
En ese momento, “Repsol dio carpetazo a la deuda, pero eso no significa que no siguiera en las tripas de Pesa”, informa Expansión.