El columnista explica que “todas las apuestas dejan ver que el indicador de Halloween podría ser especialmente bueno para los mercados este año”, asegura el experto. “Estas son muy buenas noticias ya que el indicador normalmente suele venir acompañado con perspectivas de éxito. Pero cuando el mercado está viviendo un gran momentum de cara a esta fecha –y el pasado jueves el Dow Jones se apuntó otros 200 puntos-, las posibilidades son mucho mayores”, explica Hulbert.
Este indicador se refiere a la tendencia estacional que muestra que el mercado se comporta mejor entre Halloween y el 1 de mayo, los meses de invierno. Este indicador vendría precedido por el refrán de “vende en mayo y vete”, el famoso “sell in may and go away” que indicaría que solo habría que volver al mercado el día de todos los santos.
El gráfico que presenta el experto muestra que en los buenos meses el Dow Jones suele subir un 2,6% frente a la caída del 2,6% de los meses de verano. El experto explica que en los últimos 15 años, de hecho, ha sido más acusada que antes.
En opinión de este experto estas ganancias podrían ser mayores este año. Según Hulbert está comprobado que las subidas suelen ser más abultadas cuando el Dow Jones sube durante septiembre y octubre, es decir, en los dos últimos meses del verano. Eso es, precisamente, lo que ha ocurrido este año, cuando el índice se ha apuntado un 5% desde finales de agosto.
Según los análisis de Hulbert que se remontan a 1800, el Dow Jones suele subir un 4% de Halloween a mayo siempre que las bolsas han caído en septiembre y octubre. Las ganancias suelen ser de un 6,8% si se ha subido en ese periodo.
Avisa el experto que el Indicador de Halloween no garantiza que no las bolsas no entren en un bear market. Pero “si el futuro es como el pasado, lo peor que está por venir sucederá a partir del 1 de mayo de 2016”, afirma.
Afirma que lo peor que ha pasado en las bolsas en los últimos años se ha producido en verano. Explica que “durante el bear market de 2007-2009, por ejemplo, las caídas de la bolsa durante el verano fueron más del doble que las que se producían en invierno”.
Es más, explica que “el contraste fue incluso mayor durante los 30 meses que duró la explosión de la burbuja tecnológica entre marzo de 2000 y octubre de 2002. En esos meses durante el invierno las bolsas subieron alrededor de un 3,5%, mientras que en los veranos se produjeron caídas de más de un 35%”. Habrá que ver.
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