Garvey, R. and Murphy, A. (2004). "Commissions Matters: The Trading Behavior of Institutional and Individual Active Traders", Journal of Behavioral Finance, 5(4), 214-221.
Siempre se ha dicho que el trader de éxito es el que aplica con rigor la máxima, tantas veces olvidada, de dejar correr los beneficios y cortar rápidamente las pérdidas. Nuestro espíritu humano intenta que hagamos todo lo contrario, es decir. Dejamos correr las pérdidas que aguantamos muchísimo, y nos ponemos muy nerviosos en cuanto ganamos algo. Es algo propio de nuestra naturaleza y que nos hace mucho daño en el trading.
Pues bien, volvamos al estudio.
Los autores estudiaron nada menos que más de 50.000 operaciones completas de ida y vuelta durante un buen período de tiempo de operadores intradía, y los resultados son muy reveladores. Recuerdo que hablo de operaciones intradía, realizadas por operadores bastante avezados.
Lo primero que llama la atención es que cuando las operaciones las realizan los operadores más pequeños tenemos una media de 364 segundos de duración de una operación perdedora y de 186 la ganadora. Es decir, la ganadora dura mucho menos que la perdedora. De hecho dura prácticamente el doble, es decir, lo que no se debe hacer nunca.
En los traders de tamaño medio, la perdedora dura 216 y la ganadora dura 148. De nuevo el mismo problema pero proporcionalmente mucho más atenuado.
En los traders grandes, el mismo efecto perdura, es decir, no hacen tampoco lo correcto y dejan correr las pérdidas demasiado pero en esta ocasión la diferencia es muy ajustada y hay mucha diferencia con los pequeños. La operación perdedora dura 188 segundos frente a los 268 de los pequeños, y sin embargo la ganadora dura casi lo mismo 153 segundos para los grandes y 166 para los pequeños.
En conclusión, vemos que nadie se quita los sesgos psicológicos erróneos y negativos de encima, y todos tendemos a dejar correr las pérdidas y a cortar las ganancias, con la gran diferencia de que los traders más profesionalizados, consiguen disminuir fuertemente este sesgo psicológico erróneo y eso les da una ventaja decisiva sobre los demás.
Y que esto es un error se ve en la siguiente cuestión que estudiaron estos profesores.
Llegaron a determinar, contando las más de 50.000 operaciones realizadas, que si el conjunto de traders cuando estaban en posición corta hubieran liquidado 15 segundos antes en cada ocasión cuando perdían, es decir, cortando antes las pérdidas, las habrían bajado en 0,0091 dólares por acción, si hubieran cortado 30 segundos habrían perdido menos 0,016 dólares por acción y si hubieran cortado 45 segundos antes hubieran perdido 0,0175 dólares menos por acción. Las cifras son muy claras, cuanto antes hubieran cortado las pérdidas menos habrían perdido de media y a largo plazo.
En cambio, si hubieran dejado correr las pérdidas 15 segundos más en cada ocasión, habrían perdido 0,0083 más, con 30 segundos 0,0149 dólares más por acción y con 45 segundos 0,0189.
Cifras similares salen en posiciones ganadoras largas, en posiciones perdedoras cortas y en posiciones ganadoras cortas. Los números no engañan, y las medias se cumplen de forma rigurosa. Es mucho mejor cortar pérdidas y dejar correr las ganancias, aunque no lo parezca a veces en el corto plazo.
Este es un estudio basado evidentemente en la operativa intradía, pero veremos que el problema es general.
Es más, el problema está muy profundo en nuestro interior, en realidad ¡está en nuestros genes!

 
Investigadores de la Universidad de Yale han investigado los orígenes de alguno de los defectos del trading que todos tenemos por nuestra naturaleza humana y han encontrado que difícilmente nos lo vamos a quitar de encima, lo llevamos en los genes y han demostrado que hace 40 millones de años ya lo teníamos. Obviamente no había bolsas entonces, pero por aquella época evolutivamente empezamos a diferenciarnos claramente de los monos capuchinos. Así que los investigadores han tomado a unos cuantos de estos monos y se han encontrado una buena sorpresa, nuestros primos lejanos tienen exactamente el mismo sesgo que nosotros los seres humanos...
El estudio se llama "How Basic are Behavioral Biases? Evidence from Capuchin Monkey Trading Behavior".
Las conclusiones son increíbles, el ratio de aversión a las pérdidas es de 2,7 en los monos capuchinos y de 2,5 en los humanos, tras hacer un experimento con una serie de manzanas que podían pedir a unos operadores a cambio de una simulación del dinero (los monos aprenden rápido que si entregan las fichas les dan comida). Un operador da siempre un pedazo de manzana y a veces dos, al 50% de las veces. El otro da dos, pero el 50% de las veces quita un pedazo, al final la esperanza es la misma, las medias, todo igual. Los monos en casi un 80% escogen el plato de comida que tiene la misma esperanza de conseguir comida que el otro, pero gana el que da una posibilidad sobre dos de conseguir un trozo suplementario de comida que el otro que da una posibilidad sobre dos de que quiten un trozo de comida, exactamente igual que los experimentos en bolsa de los seres humanos.
Los investigadores lo tienen claro, muchos de los sesgos psicológicos perjudiciales en bolsa no dependen de aprendizajes sociales ni culturales, va en los genes y luchar contra nuestros propios genes no es nada fácil, por eso no es nada fácil salir adelante en bolsa. La lucha es contra nuestro propio interior. ¿Nuestro peor enemigo?, ¿La FED?, ¿la volatilidad?, ¿el sistema que usamos? Yo creo que no, el peor enemigo nosotros mismos, el mejor trader es el que consigue sobrevivir a sí mismo, como escuché una vez decir a alguien, no me cansaré de decirlo, nuestra psicología es mucho más importante que cualquier sistema de entrada que usemos.
No hace mucho se pudieron ver datos de un gran bróker de forex, con datos de sus clientes que son muy reveladores. Y demuestra que no es cuestión de que el estudio que hemos comentado inicialmente estuviera sesgado porque eran operaciones intradía rápidas.
Más o menos el resumen que se podía hacer era el siguiente:
 
- Más del 80% de cuentas con menos de 1.000 dólares pierden. Su apalancamiento es brutal de 26 a 1.

- A partir de 50.000 dólares en la cuenta ganan el 45% de los clientes. Apalancamiento baja a menos de 3 a 1.

- ¡Esto cambia mucho las cosas!
Es más contra lo que se cree de que todo el mundo pierde el 59% de las operaciones que hacían los clientes de este bróker eran ganadoras.
¿Entonces? ¿?
Pues el gran problema está en lo siguiente:
Media de ganancia en el euro contra el dólar 65 pipos.
Media de pérdida en el euro 127 pipos.
Es decir con un ratio del 59% de aciertos, se pierde el doble cuando se pierde de lo que se ingresa cuando se acierta.
Por ley de grandes números esto nos sacará del mercado.
Hay algunas excepciones en estrategias de scalping, que manejo, en que se puede consentir un ratio de pérdidas/beneficios relativamente alto (desde luego no tanto) pero con porcentajes de aciertos del 70%. Pero en cuanto salgamos del scalping y alarguemos el plazo, esos % de aciertos son imposibles, por lo que nuestro método de trabajo tiene que tener el ratio justo al revés de lo que es habitual, es decir debe ganar más cuando gana que cuanto pierde, o estaremos perdidos.
Manuel Conthe hace ya varios años en un artículo de la revista "Encuentros Multidisciplinares" titulado "La psicología de las finanzas" cuando era director del Área Internacional de Analistas Financieros Internacionales, contaba lo siguiente sobre el efecto disposición que es precisamente este: 
Disposition effect: ¿Por qué los inversores son reacios a vender acciones con pérdida y proclives a vender las que arrojan plusvalías? La TP(Teoría de la Perspectiva y la Psicología de las Finanzas) lo atribuye a la forma en S de la función de valor; que refleja el valor marginal decreciente de ganancias y pérdidas. Imaginemos, por ejemplo, que un inversor compró una acción en 50 euros. La acción ahora cotiza a 55 y existe la misma probabilidad que suba a 60 o que baje a 50. Pues bien, el valor atribuido a una plusvalía segura de cinco euros será mayor que el de una potencial ganancia de 10 con probabilidad del 50%. El inversor materializará, pues, su ganancia. Imaginemos ahora que esa misma acción cotice a 45 euros -con una minusvalía latente de cinco- y que exista la misma probabilidad de que suba a 50 o que baje a 40. Si vende, el inversor materializará una pérdida de cinco euros. Si no lo hace, su potencial minusvalía será de 10 euros con probabilidad del 50%. Enfrentando a esa desagradable tesitura, el dolor marginal decreciente de las pérdidas hará que prefiera conservar el valor. 
Efectivamente así es, la función de valor tiene forma de S porque tendemos a ser muy atrevidos cuando tenemos pérdidas pero tenemos una tendencia natural por nuestra psicología humana a cortar las ganancias, por una razón sencilla, porque soportamos mucho peor el dolor que el placer si lo recibimos en la misma dosis. Es algo comprobado por cualquier psicólogo. Vean ustedes el programa "¿Quiere ser millonario?" A la más mínima duda los concursantes se plantan, hasta se ha dado el caso de uno que se plantó a la segunda pregunta por no arriesgar 500 euros, cuando el premio máximo del concurso es de un millón de euros. 
 
¿Y podemos luchar contra todo esto?
 
 
Pues sí…
Lei Feng de Bear Stearns y Mark Seaholes de U.C. Berkeley publicaron un interesante trabajo al que refería más arriba en el que se plantearon un reto: 
¿Se podría evitar este efecto con la debida formación del operador o cuando adquiere experiencia? 
2- La sofisticación predispone al operador un 67% menos al efecto disposición. 
3- La experiencia atenúa el 72% el efecto disposición pero no lo elimina totalmente, pero claro, una rebaja así es decisiva. 
Queda claro, que como todo en la vida, hay que formarse, y en esa formación hay que ir adquiriendo experiencia, no hay otra, nuestra mente si la dejamos sin “pulir” tenderá a actuar al revés.
Voy a comentar algunas fórmulas que les serán de gran utilidad y que aparecen en mi libro leones contra gacelas:
Llamemos P al porcentaje mínimo de aciertos necesario como mínimo para que el sistema sea válido.
RPL al ratio profit-loss de nuestro sistema.  Es decir el ratio entre lo que ganamos cuando ganamos contra lo que perdemos cuando fallamos.
 
La fórmula sería: P tiene que ser mayor que 1 partido por RPL +1.
 
Como las comisiones juegan un papel importante, debemos incorporarlas a la fórmula para hacerla más ajustada y quedaría de la siguiente manera:
 
P debe ser mayor al siguiente cociente:
- En el numerador 1 + el resultado de dividir la comisión por la media de pérdida cada vez que perdemos.
- En el denominador 1 + RPL.
 
Para los que no tengan ganas de sacar números, en esta tabla reflejo el porcentaje de aciertos que sería necesario según nuestro RPL o ratio profit-loss:
 
RPL de 2: el valor mínimo de P sería del 33,33%.
RPL de 1: el valor mínimo de P sería del 50%.
RPL de 0,5: el valor mínimo de P sería del 66,67%.
 
Esto sería sin comisiones. Si incorporamos las comisiones que cada uno pueda tener, el porcentaje será algo mayor, lógicamente.
Les pondré a continuación un ejemplo donde vamos a intentar adaptarnos bastante a la realidad:
Tenemos un sistema cuya comisión en total por la operación completa es de 15 euros. El ratio profit-loss es de 2, es decir, gana el doble de media cuando gana de lo que pierde cuando pierde y la media de pérdida cuando falla es de 400 euros.
 
La fórmula aplicada quedaría:
- En el numerador: 1 +(15/400) = 1,0375.
- En el denominador: 1+2 = 3
- Resultado final: 1,0375 / 3 = 0,3458 o, lo que es lo mismo, en porcentaje 34,58%.
 
Es decir, nuestro sistema debe tener bajo estas condiciones un mínimo de porcentaje de aciertos del 34,58% para ser rentable y fiable.
Si bajamos la comisión a la mitad, sólo necesitaríamos el 33,9%.
La lógica de esta "tranquilidad" con la que nos podemos mover si los ratios son correctos es muy simple. Si acertamos tan sólo un poco menos de la mitad de las veces, pero cuando acertamos ganamos el doble de media de lo que perdemos cuando nos equivocamos, por pura matemática, el sistema es ganador.

Resumiendo, la mente humana está totalmente preparada para dejar correr las pérdidas y cortar las ganancias. Nuestro trabajo será, siendo conscientes de ello, poner los medios necesarios para que en la realidad sea justo al revés, nos va la cuenta de trading, o de inversión en ello. Esta regla no tiene excepción, ya seamos inversores a corto, a largo o a medio plazo.  Sólo podremos hacer una excepción a la norma y dentro de un orden y del sentido común, cuando nuestro método tenga un % de aciertos muy elevado. Por ejemplo un caso típico de esta excepción  podría ser un operador que trabaje con Iron Condors de delta baja. Su % de aciertos se moverá posiblemente por encima del 70%, puede permitirse el lujo de tener este enfoque al revés, pero evidentemente no excesivamente. Para la mayoría de casos, la regla debe de ser de oro, dejar correr las ganancias y cortar las pérdidas. 

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