En concreto, un 61% de los gestores sobreponderan ahora los mercados de acciones. Se trata de la mayor lectura de esta métrica desde inicios de 2011 y la segunda mejor respuesta del panel de entrevistados de la gestora. Sin embargo, los inversores no veían a la renta variable tan cara desde mayo del año 2000 como ahora.
Por el contrario, ha aumentado el número de gestores que infraponderan la renta fija hasta el 64% en julio.
Los expertos que han realizado la encuesta afirman que “este agresivo posicionamiento refleja un significativo incremento de las perspectivas de los inversores con respecto a la evolución de la inflación. En concreto, un 71% de los encuestados creen que los precios subirán en los próximos 12 meses, esto es 13 puntos porcentuales más que en la última encuesta”. En la entidad también apunta que “la exposición a las materias primas –un activo muy sensible a la inflación- ha aumentado hasta el mayor nivel en un año.
Las preocupaciones sobre posibles defaults en China y la deflación en la eurozona se han desvanecido en el último mes. Para los inversores, el primer viento de cara para los mercados y la economía podrían ser las posibles crisis geopolíticas.
En contra, los encuestados han perdido interés en la renta variable europea. En estos momentos sólo un 10% de los inversores sobreponderan la región.
También ha caído el apetito por la renta variable y fija de la renta fija de la periferia de Europea. De hecho, el High Yield estadounidense ha superado a los bonos periféricos como los trades favoritos.
Por otro lado, los niveles de efectivo siguen en máximos del 4,5% ante los miedos ante la inflación y la subida de los tipos de interés, la geopolítica y valoración.
Los principales trades contrarian de los encuestados son largos en bonos-cortos en renta variable, largos en dólar estadounidenses y cortos en libra esterlina, largos en telecos y cortos en energía. Por último, largos en mercados emergentes y cortos en la eurozona.
De hecho, los inversores no veían al dólar tan barato en los últimos 10 años, ni a la libra esterlina tan cara desde la bancarrota de Lehman Brothers.