Como si de una partida de ajedrez se tratara, ayer la situación volvió a dar un giro cuando el ministro de finanzas argentinas,
Todo está en manos del juez Griesa, cuya ferrea posición ha permanecido inalterable en los últimos años y que ha afirmado que Argentina deberá satisfacer los más de 1.000 millones de dólares que adeudan a los fondos buitre antes de hacer el pago a los bonistas que entraron en las reestructuraciones de 2005 y 2010. (Ver: ¿Por qué está Argentina al borde del default?)
Ayer el carismático ministro de economía afirmó que es Griesa el que va a provocar que Argentina se vea obligada, por segunda vez en menos de 15 años, a declarar un impago de su deuda. Por el momento, el Estado ha ordenado el pago de 832 millones de dólares a sus acreedores. Algo más de 500 millones están en unas cuentas del
Aunque el desembolso debería realizarse el día 30, Argentina dispone de un mes de gracia para efectuar el pago. Eso implica que tiene un mes para evitar el default. Por el momento, el país ha intentado evitar esta situación con el depósito de ese dinero en el Bank of New York Mellon (BNYM). En un texto enviado a los bonistas reestructurados, el gobierno afirma que con la imposición en el banco americano, Argentina ya ha cumplido con sus obligaciones y que ahora la responsabilidad es de la entidad financiera. Por otro lado, la firma se encuentra así entre la espada y la pared. Sin embargo, el embargo del dinero está casi asegurado, con lo que la situación entraría de nuevo en el terreno de lo legal.
ARS-USD vs Merval desde enero
Fuente: Bloomberg
La mayor parte de los expertos en Argentina consideran que la situación más natural sería la negociación con los fondos buitre y casi todo el mundo lo descuenta. Sin embargo se está haciendo esperar, algo que no está gustando tampoco dentro del país.
Hoy el diario Clarín, abiertamente enfrentado con el gobierno de Cristina Fernández, decía en un editorial “el Gobierno de Cristina intenta ubicarse como víctima política de un complot internacional y ocultar la responsabilidad de la Casa Rosada por la sucesión de serios errores estratégicos, displicencia y ausencia de profesionalismo en la negociación que lleva a la Argentina a una nueva crisis externa”. (Ver editorial)
El diario afirma también que el ejecutivo carece de un plan B y que “en el equipo de Kicillof minimizan su traspié y el impacto de un default técnico. Dicen que tendrá un efecto acotado en la economía.” La situación, por lo que parece, podría seguir tensa durante las próximas semanas.