Con todo, no se espera que las negociaciones avancen rápido, ya que antes de formar la coalición en 2005 hicieron falta dos meses de conversaciones. “Si se prolongan demasiado, quizá asistiremos a cierto debilitamiento marginal del euro y a una ligera ampliación de los diferenciales de la periferia”, explicaban los analistas de BNP Paribas antes de los comicios. “Pero éstos serán probablemente los únicos problemas a corto plazo debido a que la agenda de la integración europea ya está establecida”, afirmaban en referencia al hecho de que, fuera cual fuera el resultado de las elecciones, Berlín continuará apostando por su postura pro-euro. Es más, UniCredit añade que podría darse el caso de que el nuevo Ejecutivo sea “más favorable a Europa que antes (…) lo que permitiría avanzar más en la integración de la región”.
Mientras tanto, con la vista puesta en el desenlace de las negociaciones, se espera que el SPD celebre una reunión este viernes para comenzar a discutir su estrategia de cara a alcanzar una coalición y parece poco probable que haya acuerdo definitivo antes de la reunión de mediados de octubre de los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin y Eurogupo). “El encuentro verdaderamente importante es el de noviembre; será entonces cuando las conversaciones se pongan serias. Si no hay una coalición para entonces o el ministro no tiene tiempo suficiente para prepararla, entonces estaremos en problemas”, afirma Financial Times.