Entre los otros factores de riesgo, Fitch ha señalado la posibilidad de “un nuevo episodio de turbulencias políticas”, junto con el peligro de “una recesión más larga y profunda que podría hacer descarrilar los esfuerzos de consolidación fiscal, aumentar los riesgos contingentes del sector financiero (recordamos que Moody's considera que las pruebas de estrés del Banco Central Europeo son un factor negativo para el perfil crediticio de los débiles bancos italianos porque les será difícil alcanzar el colchón de capital necesario) y debilitar el apoyo político para el camino de consolidación”.
Fitch actualmente prevé una contracción del 1,8% en la economía italiana para este año, con un crecimiento del 0,6% en 2014 y una expansión del 1% en 2015.