El hombre es superviviente por naturaleza y lo mejor para sobrevivir es adaptarse a las condiciones que se presentan. De igual forma el dinero, cobarde por naturaleza, busca su acomodo en este periodo de gran volatilidad y mala situación geoestratégica cargada de inflación, de tipos de interés al alza y de escaso crecimiento o futura recesión, dependiendo de cómo evolucionen las cosas

Y si todo esto tiene su origen en la pandemia y en todos los desequilibrios sobrevenidos con los confinamientos y la falta global de actividad para luego poner a andar el reloj en modo récord, con oferta desatada y demanda que no llega a satisfacerla y todos los problemas sobrevenidos desde la escasez de componentes a los precios desorbitados de las materias primas.

Pero también pasando por los cuellos de botella de la cadena de suministro, el remate a los vientos de cara llegó con la invasión rusa de Ucrania el pasado febrero.

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Ahí la inflación se convirtió en la dueña y señora de la situación para poner en el centro del tablero geoestratégico un conflicto bélico de largo alcance y todavía de consecuencias indeterminadas a largo plazo. 5 meses se acaban de cumplir de la invasión, en la que el IBEX 35 cerraba en una jornada con caídas del 2,86%, la del pasado 24 de febrero, en lo que entonces era su nivel más bajo de los últimos doce meses.

Luego incluso llegaron tiempos peores, los que marcaba los 7.644,60 puntos para el selectivo al cierre del 7 de marzo, el más bajo de este periodo, en el que el indicador español llegó a caer, intradía, más de un 5%, para cerrar con recortes del 1%, ya poniendo sobre la mesa la volatilidad como condición indispensable para los mercados financieros. Ahora mismo la situación del Ibex es peor incluso que la sobrevenida tras el primer día de la guerra. En concreto, el selectivo baja un 2,2% de esos niveles.

En su gráfica de cotización podemos comprobar cómo ha recuperado, desde los momentos más bajos de marzo un 12,5% desde sus peores niveles del año de ese 7 de marzo, con avances en la última semana, la mejor recordemos de las últimas tres vividas un 1,33%. En el mes todavía pérdidas del 2,34%, con un trimestre claramente en negativo que roza el 7%. En lo que va de año, las caídas son del 7,6%.

En cuanto a valores, destacar, que lo mejor desde la guerra, se lo apuntan las renovables que como el caso por ejemplo de Acciona Energías Renovables no solo atesoran ganancias anuales del 22,6% sino que además presentan un recorrido alcista del 46% desde la invasión, con un recorrido de menos a más como le ocurre a Solaria y además integrándose en el Ibex. PharmaMar también se encuentra entre lo mejor, junto con Repsol, aunque sus últimas correcciones, por la sobrecompra de la que hablaban los expertos, han reducido sus avances.

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En el lado del peor comportamiento nos encontramos con IAG (Iberia) que cede nada menos que un 30% desde los movimientos anteriores a la invasión rusa y que ha resultado, por el aumento del coste del queroseno y los problemas añadidos con los que se está encontrando en cuanto a la coyuntura y los aeropuertos en esta temporada de veranos, huelgas incluidas, con pérdidas del 30% en estos cinco meses de conflicto armado en Europa.

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De cualquier forma, desde el estallido de la guerra, el conflicto armado ha pasado a segundo plano, sobre todo porque se espera que sea de larga duración, aunque sin efecto persisten: más que elevadas materias primas, que podrían encarecerse más en el caso del gas o las ligadas a la alimentación por su escasez en el próximo invierno. En el caso del petróleo, todo dependerá de los efectos de la subida de los tipos de interés. Si para controlar la inflación a dos dígitos se elevan de forma exponencial, la recesión estará a la vuelta de la esquina y los precios bajarán, ante la menor demanda. 

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